Tabla de Contenido

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ELECCIONES Y SISTEMAS
ELECTORALES EN COLOMBIA, 1810-2014

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Elecciones y sistemas electorales en Colombia, 1810-2014

 

Resumen

Las elecciones y los sistemas electorales son conceptos de uso corriente de los cuales se habla mucho, pero académicamente se sabe muy poco. Los sistemas electorales son considerados, mayoritaria y peyorativamente, como una técnica estéril y poco interesante, pues sus especificaciones se encuentran en farragosos y monótonos textos, como las respectivas constituciones, actos legislativos, códigos electorales, leyes y decretos. Estos textos, sin duda, son de difícil comprensión y difusión. No obstante, quien logre descifrar el componente técnico logrará entender un asunto mayúsculo, a saber: cómo es que se adquiere y legitima el poder y, dependiendo del sistema que se escoja, podrá encontrar que con una misma cantidad de votos se obtienen diferentes resultados (ganadores y perdedores, algo así como con cara gano yo y con sello pierde usted). En este libro se encuentra una explicación sencilla de los diferentes sistemas electorales que se han implementado en Colombia, su tiempo de duración (reformas y contrarreformas) y, parcialmente (debido a la precariedad de las estadísticas electorales), una elucidación de su direccionamiento en la concentración del poder en unas pocas ‘élites’. Esta sistematización está soportada única y exclusivamente en las fuentes primarias oficiales, disponibles en los anexos virtuales.

Palabras clave: Sistemas electorales, Colombia, historia electoral, constitución, política.

 

Elections and electoral systems in Colombia, 1810-2014

 

Abstract

Elections and electoral systems are commonly used concepts, which are much talked about, but very little known academically. Electoral systems are considered, mostly and in a pejorative sense, as a sterile and uninteresting technique, since their specifications are found in cumbersome and monotonous texts, such as the respective constitutions, legislative acts, electoral codes, laws, and decrees. These texts, without doubt, are difficult to understand and disseminate. However, whoever manages to decipher the technical component will understand a major issue, namely: how is power acquired and legitimized; and depending on the system chosen, he will find that different results are obtained with the same number of votes (winners and losers, something like “heads I win, tails you lose”). This work presents a simple explanation of the different electoral systems that have been implemented in Colombia, their duration (reforms and counter-reforms), and, partially (due to the scarcity of electoral statistics), a clarification of their tendency to concentrate power in few ‘elites’. This systematization is based solely and exclusively on official primary sources, available in virtual annexes.

Keywords: Electoral systems, Colombia, electoral history, constitution, politics.

 

Citación sugerida

Franco-Cuervo, A. B. (2018). Elecciones y sistemas electorales en Colombia, 1810-2014. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario.

DOI: doi.org/10.12804/cl9789587840322

 

ELECCIONES Y SISTEMAS
ELECTORALES EN COLOMBIA, 1810-2014

 

 

ANA BEATRIZ FRANCO-CUERVO

Franco-Cuervo, Ana Beatriz

Elecciones y sistemas electorales en Colombia, 1810-2014 / Ana Beatriz Franco Cuervo – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2018.

 

xx, 186 páginas.

Incluye referencias bibliográficas.

 

Sistemas electorales / Colombia – historia -- elecciones / Constitución -- Control / Franco Cuervo, Ana Beatriz / II.  Universidad del Rosario, Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales / III. Titulo. / IV. Serie.

 

324. 69861  SCDD 20

 

Catalogación en la fuente -- Universidad del Rosario. CRAI

 

LAC  Enero 11 de 2018

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995

 

 

 

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Ciencia Política

 

©  Editorial Universidad del Rosario

© Universidad del Rosario

© Ana Beatriz Franco-Cuervo

 

Editorial Universidad del Rosario

Carrera 7 Nº 12B-41, oficina 501 • Teléfono 297 02 00

editorial.urosario.edu.co

Primera edición: Bogotá D. C., abril de 2018

 

ISBN: 978-958-784-031-5 (impreso)

ISBN: 978-958-784-032-2 (ePub)

ISBN: 978-958-784-033-9 (pdf)

DOI: doi.org/10.12804/cl9789587840322

 

Coordinación editorial: Editorial Universidad del Rosario

Corrección de estilo: Lina Morales

Imagen de cubierta: Rodrigo Guerrero ©

Diseño de cubierta y diagramación:
  Precolombi EU-David Reyes

Desarrollo ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

 

Hecho en Colombia
Made in Colombia

 

Los conceptos y opiniones de esta obra son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen a la universidad ni sus políticas institucionales.

 

El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares, para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co

 

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo por escrito de la Editorial Universidad del Rosario.

Nota de la autora
(advertencia)

 

 

 

 

 

El presente libro no es de tipo filosófico-teórico, sino una versión sucinta (histórico-empírica) que pretende esquematizar y sistematizar, según criterios teórico-conceptuales, los diferentes sistemas electorales que se han implementado en el país. De manera que su objetivo fundamental consiste en motivar e introducir en el estudio, análisis y reflexión de las elecciones y de los sistemas electorales en Colombia a los futuros politólogos y al público interesado en el tema. En igual sentido, esta obra pretende contribuir al montaje de una base de datos y soportes bibliográficos que puedan ser utilizados como insumos para otro tipo de investigaciones.

 

 

 

 

 

 

Cada día sabemos más, pero entendemos menos.

ALBERT EINSTEIN

Autora

 

 

 

 

 

Ana Beatriz Franco-Cuervo

Politóloga con PhD en Ciencia Política de la Universidad Carota, Ruperto de Heidelberg (Alemania). Profesora e investigadora titular de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionalesde la Universidad del Rosario.

Agradecimientos

 

 

 

 

Quince años han transcurrido de una labor académica ininterrumpida, consagrada especialmente a la docencia y a la investigación en la Universidad del Rosario, claustro que, a través de su institucionalidad, del entonces decano de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales, Eduardo Barajas Sandoval, y de la vicerrectora Stéphanie Lavaux, en reconocimiento de mi labor, me brindó mi primer período sabático.

Y una feliz convergencia se logró, pues, luego de 20 años, gracias a la invitación de mi gran maestro Dieter Nohlen, pude retornar a la que fue mi casa de formación doctoral y, en este último año, de cualificación posdoctoral ‘Die Ruperto-Karl-Universität Heidelberg (1386)’.

Esta edificante experiencia me ha permitido iniciar una tarea que siempre quise llevar a cabo: sistematizar académicamente los diferentes sistemas electorales que se han empleado en el país, sistemas de los que se habla mucho, pero se sabe poco.

Así que la oportunidad de enfocarme en estudiar, reflexionar y producir, me permitió avanzar notablemente en mi tarea de investigación. Ahora, como buen reflejo de mi agradecimiento, puedo entregar un producto académico que ha requerido mucho trabajo en términos de lectura reposada, revisión rigurosa y detallada, y mucha paciencia para captar aspectos que una mente no experimentada, en estos temas, suele dejar a un lado. Aunque el texto no es un producto culminado, pretende desde ya ser un insumo para comprender cómo se ha llegado al estado actual de las cosas, porque estamos como estamos y, en todo caso, ser una contribución para futuras complementaciones e investigaciones.

 

Ana Beatriz Franco-Cuervo

Heidelberg, 25 de julio de 2016

franco-cuervo@uni-heidelberg.de, ana.franco@urosario.edu.co

Prólogo

 

 

 

 

 

Escribir un libro de texto sobre las elecciones y los sistemas electorales en Colombia no debería ser una tarea complicada, sin embargo, lo es, porque:

 

 

Por ello, la iniciativa de escribir este libro de texto surge de la experiencia docente, pues se requiere hacer un esfuerzo adicional para motivar, mostrar y enseñar a las nuevas generaciones la importancia y la función de las elecciones, especialmente de los sistemas electorales, desde un enfoque académico y sencillo, en contravía de la percepción existente y generalizada que considera este tema como algo técnico, fatigoso y de relativa importancia.

 

Para intentar lograr este objetivo, se emplearán diferentes estrategias, a saber:

 

1) Se partirá de lo básico y esencial, procurando sistematizar tanto el conocimiento suministrado por los especialistas en el tema específico1 como las fuentes primarias (constituciones y leyes), así como algunos estudios y otras fuentes de información, seleccionándolas de acuerdo con su conveniencia.

2) El texto pretende ser práctico y didáctico. Para cada tema o capítulo se irá incluyendo en la versión virtual una selección de enlaces, videos y documentos pertinentes.2 Esta propuesta metodológica obedece a que, por un lado, las fuentes virtuales no son siempre fáciles de encontrar y consultar, pues así como aparecen, desaparecen; y, por el otro, las fuentes físicas ya no resultan tan habituales ni prácticas, en especial para las nuevas generaciones.3

3) En la otrora página web del Observatorio de Procesos Electorales (OPE), de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, a través del link: www.procesoselectorales.org, estarán para su consulta las fuentes primarias utilizadas (constituciones y leyes), al igual que algunos de los trabajos relacionados directamente con el tema (en su versión PDF).4

4) En definitiva, se intenta aportar un libro de texto que, sin pretender ser exhaustivo, reúna el material necesario, facilite y motive el estudio del tema. Anteriormente se creía que quien tenía la información tenía el poder, hoy por hoy, puede decirse que quien sabe depurar
 
y administrar la información es quien tiene el conocimiento y el poder. La implicación principal de este planteamiento se presenta en el proceso de toma de decisiones: poder tomar decisiones con más
elementos de juicio y no como un estímulo-respuesta a las opiniones preconcebidas y armadas a las que se está permanentemente expuesto por los diferentes medios de comunicación.5

Notas

1 Es decir, análisis electorales, mas no preelectorales o poselectorales, a los cuales, como ya se advirtió, se les dedica mayor atención e importancia, muchas veces sin tener en cuenta que tanto los unos como los otros están relacionados, influenciados y hasta determinados por el sistema electoral.

2 Los cuales aparecerán en diferentes anexos, a saber: anexo I, las fuentes primarias (constituciones, leyes, decretos); anexos II, sistematizaciones de las fuentes primarias; y anexos III, fuentes secundarias (textos, documentos, artículos recomendados).

3 Ir a la biblioteca o hemeroteca no solamente para leer o estudiar, sino para investigar como antaño, es un ejercicio que solo unos pocos eligen. Por lo general, las nuevas generaciones prefieren fuentes virtuales con todos sus vicios, defectos y ventajas.

4 Con el debido respeto a la Ley sobre derechos de autor.

5 Uno de los obstáculos que le impide a los cuasiciudadanos colombianos ejercer su derecho al sufragio, o ejercerlo conscientemente, es que se encuentran desbordados con problemas: las circunstancias particulares (de subsistencia), la abundancia de desinformación electoral (radio, TV, redes sociales, encuestas, entre otras) y, de forma paralela, está la ausencia casi completa de formación política, producto del limitado y estratificado sistema educativo, situación que genera aún más vulnerabilidad. Problemas estructurales que no se pretenden resolver en este libro, pero tampoco desconocer.

Adicionalmente, se suelen crear mitos que se repiten sin sentido, por ejemplo:

• El llamado ‘voto útil’, pues se hace el llamado a no votar por los ‘pequeños’ o por los ‘perdedores’, sin considerar que todo sufragio tiene un valor y un significado.

• Sobre la utilidad del voto: “Para qué sirve votar si se roban las elecciones”.

• La circunscripción nacional senatorial es la causante del descalabro del sistema de partidos.

• El voto preferente es el mayor problema, entre otros más.

Introducción

 

 

 

 

 

Todas las cartas magnas de las democracias liberales
se fundamentan en lo que los pensadores burgueses consideran el axioma constitutivo de la democracia representativa,
que reza: “Todo el poder parte del pueblo”
. Pero, después
de la partida, ¿adónde va?

 

BERTOLT BRECHT

 

La democracia se define comúnmente como el gobierno o poder del pueblo. Es decir que “el pueblo manda, que él mismo se gobierna”. Afirmación que ha de entenderse como que nadie diferente de él posee el poder en el Estado: el principio de la soberanía popular.

La democracia concibe a los seres humanos como personas libres, con derechos inalienables y no como simples objetos del poder. En este contexto, los individuos, ahora denominados ciudadanos, tienen el derecho de participar en el ejercicio del poder. Dicha participación puede realizarse básicamente de dos maneras: en la primera, los miembros activos del pueblo participan directamente en las actividades del gobierno; en la segunda,
la participación se ejerce de forma indirecta, a través de representantes elegidos por los ciudadanos.

En el primer caso, se trata de la democracia directa, tal y como se conoce de la historia de las ciudades-Estado en la Antigua Grecia, o como aún se ejerce en algunos cantones suizos. Por su parte, la segunda forma de participación enunciada hace referencia a la democracia indirecta o representativa, la cual se practica en la mayoría de los Estados modernos, en los que se establece constitucionalmente que todo poder proviene del pueblo y su soberanía,1 que el poder del pueblo se ejerce mediante elecciones, votaciones y a través de órganos especiales. De manera que, en casos especiales, el pueblo puede actuar de forma inmediata, a través de consultas populares, referendos, entre otros mecanismos. Es importante anotar que ni esta última forma de participación ni aquella relativa a los órganos especiales —legislativo, ejecutivo y judicial, entre otros— serán abordadas en esta obra, pues nuestro interés se centra en las elecciones.

Por medio de las elecciones, el pueblo se constituye en pieza fundamental del Estado. Con las elecciones se articulan opiniones y con ellas los ciudadanos influyen en la formación de la voluntad popular, con lo que, en gran medida, se decide la suerte del pueblo y del Estado.

En la democracia, las elecciones se constituyen en el medio e instrumento a través del cual el pueblo se autogobierna. Los ciudadanos eligen hombres y mujeres de su confianza, quienes emplean el poder por ellos con el propósito de gobernar en su nombre. Las elecciones son el debido proceso mediante el que se construye todo lo demás. Las elecciones le dan a los órganos legislativos y ejecutivos la legitimidad necesaria para que tanto ellos como cada uno de los representantes estén autorizados para actuar por la comunidad y sus representados.

Ahora bien, dicha autorización naturalmente no es indefinida, sino por un determinado tiempo, pues si fuere de otra forma el pueblo sería despojado de su soberanía y poder por completo. Una vez transcurrido el tiempo establecido, deben realizarse nuevas elecciones. La periodicidad de las elecciones es fundamental para cualquier tipo de democracia y ordenamiento constitucional, tanto así que sin ella el ejercicio de la democracia no existe. La conexión entre democracia y elecciones regulares es inseparable: sin democracia no hay elecciones, sin elecciones no hay democracia, en primera instancia o como punto de partida.

Como en la lucha por el poder, el uso y fuerza de los conceptos es deshonesto, es necesario aclarar que la democracia solo es posible en sociedades donde existan las condiciones socioeconómicas2 para el ejercicio de la libertad de pensamiento y expresión, y las elecciones no sean actos forzados de aclamación. Por ende, se requiere que los postulados de universalidad, libertad, igualdad y secreto del sufragio sean garantizados, pues solo bajo estas condiciones puede hablarse de una democracia propiamente dicha y las elecciones tienen la importancia y efecto requeridos. En consecuencia, se tiene que, para que unas elecciones aporten legitimidad democrática a un gobierno, el contexto tiene que ser democrático.

Considerando que la función principal de las elecciones consiste en la representación del pueblo en los diferentes órganos del poder, debe dirigirse la atención hacia los medios que la hacen posible y su relación con la construcción de un Estado viable, es decir, un Estado que sea capaz de actuar en democracia. Los medios para la representación, esto es, el sistema electoral en sentido estricto,3 se encuentran en una permanente tensión entre su capacidad para logar una fiel representación de las opiniones políticas, grupos y minorías existentes en la sociedad, y la capacidad de actuar en democracia de las instituciones del gobierno. Un sistema electoral que cumpla con estas dos demandas debe estar en la mira y ser objeto de permanente discusión en cualquier democracia.

La variedad de sistemas electorales es incalculable, existen tantos como sociedades y elecciones hay; sin embargo, todos los sistemas se pueden clasificar bajo dos, incluso tres, grupos, así: los mayoritarios, los proporcionales y los mixtos, combinados o segmentados, según el autor. Es preciso anotar que, dependiendo de la aplicación de uno u otro sistema, se pueden obtener diferentes resultados (ganar o perder), aun partiendo de una misma cantidad de votos. Debe recordarse que aquello que está en juego en este ‘ritual electoral’ es el poder, la representación del constituyente primario, el pueblo, su futuro y el de la democracia.

Colombia, desde su existencia como república, estableció elecciones directas y, paulatinamente hasta nuestros días, ha ido incorporando nuevas elecciones.4 Con relación a los sistemas electorales empleados para tal fin, puede decirse que, hasta la Constitución de 1991, la tendencia legislativa del país en temas electorales fue bastante conservadora. De ahí que no se realizaron modificaciones que produjeran un impacto sustancial o real que permitiera oxigenar y evolucionar la democracia del país a través de una mejor representación y participación de los diferentes sectores, opiniones y minorías sociopolíticas que concurren en una sociedad tan heterogénea como la colombiana.

Los sistemas electorales en Latinoamérica solo fueron tema de estudio, análisis y reflexión, a partir de la ‘tercera ola democrática’, a finales de los años ochenta (Huntington, 1991). En Colombia, su enseñanza se incorporó en algunos pénsums académicos varios años después. De modo que el tema de los sistemas electorales es aún un área de estudio relativamente nueva en el país que no ha logrado obtener la suficiente atención. En efecto, comprender qué se elige, para qué se elige y cómo se elige, requiere de conocimiento y pedagogía, es decir, de un proceso educativo continuo y paralelo a una política de Estado consistente.

Considerando lo expuesto hasta el momento, la estructura del presente texto es la siguiente: 1) la definición y delimitación de los principales conceptos relacionados con el tema; 2) la importancia y función de las elecciones y de los sistemas electorales en y para la democracia; 3) la esquematización según períodos o etapas de la historia sociopolítica y electoral de Colombia, desde principios del siglo XIX, con la instauración de la república y la incorporación de las elecciones, hasta el presente; 4) la sistematización de los diferentes sistemas electorales empleados para las elecciones directas, de acuerdo con los parámetros previamente establecidos. Finalmente y como apéndice, se procurará poner en evidencia la relación5 existente entre el sistema electoral (los ganadores), el sistema de partidos y el ‘contexto’, tomando para ello como ejemplo las elecciones de la Cámara de Representantes, en el período de tiempo comprendido entre 1930 y el presente.

Notas

1 El concepto de soberanía puede entenderse de distintas maneras según el enfoque elegido. Dentro del ámbito de la política, la soberanía está asociada al hecho y derecho de ejercer la autoridad en un cierto territorio. Esta autoridad recae en el pueblo, aunque la gente no realiza un ejercicio directo de esta, sino que delega dicho poder en sus representantes. Compárese: anexos PDF constitucionales y legislación electoral 1810-2015.

2 Cubrimiento de las necesidades básicas y calidad de vida (salud, vivienda y educación).

3 Entiéndase por sistema electoral en sentido estricto el conjunto de elementos a través de los cuales el elector expresa y emite su voto, y este se convierte en escaños o poder político. Los elementos del sistema son: el principio de representación; los diferentes criterios y formas de conformar las circunscripciones o distritos electorales; las diferentes formas de votación y de candidatura; las ­fórmulas de conversión de votos en escaños; y, por añadidura, en algunos casos, las barreras o umbrales electorales. Respecto a este punto se recomienda comparar, por ejemplo, a Douglas Rae (1971) y Dieter Nohlen (1995, pp. 31-38).

4 En el nacimiento de la república (1830) solo se elegía directamente a los apoderados o electores, quienes a su vez elegían los diferentes cargos de representación política (elecciones indirectas). En la actualidad, se eligen directamente ocho cargos políticos y de representación, y, de forma adicional, los consejos juveniles y los jueces de paz.

5 Qué se elige, para qué se elige, cómo y bajo qué circunstancias (contexto) se elige.

Capítulo 1
Conceptos, importancia y función de las elecciones y de los sistemas electorales en y para la democracia

 

 

 

 

 

Si votar sirviera para algo, estaría prohibido.

 

CARMEN Y JIMENA: FUTURO IMPERFECTO

(documental multimedia producido por la Fundación PorCausa)

 

 

La mayoría de los conceptos empleados en las ciencias sociales son ambiguos, no tienen una única definición y son de uso corriente y genérico. Esto implica que esos conceptos se deben redefinir, en un sentido restringido, con el propósito de facilitar el diálogo, la comprensión y el trabajo académico.1 No en vano, el maestro de los maestros, Max Weber, recalcaba que “la obra realmente importante y definitiva es siempre obra de especialistas” (1998, p. 192) y no de los denominados expertos, ‘opinadores’, quienes no dan importancia —o no saben— que el objetivo de las ciencias sociales no son los hechos como tales, sino los conceptos por medio de los cuales se trata de comprenderlos. Por ello, el trabajo científico es una elaboración conceptual. Así mismo, lo advierte Dieter Nohlen (2012), uno de los especialistas en el tema electoral, cuando manifiesta que si se aprende a emplear los conceptos con precisión, se aprende a diferenciar, analizar, abstraer, sistematizar y comparar.

Como se especificó en el prólogo, este texto no pretende retomar el debate teórico-conceptual o filosófico del tema, sino presentar en forma sistemática y sucinta alguna de las propuestas conceptuales hechas por especialistas: en primer lugar, en cuanto a la delimitación conceptual —en un sentido restringido— con fines académicos; y en segundo lugar, sobre la importancia y función de las elecciones y de los sistemas electorales en y para la democracia.

A continuación, algunos de los conceptos que se emplearán y que requieren ser redefinidos (delimitados) para el desarrollo de este estudio y sus objetivos:

 

 

1.1. Sociedad global, sistema y régimen político

Según Jean William Lapierre,2 el autor seleccionado para ilustrar los conceptos relacionados con el sistema político, por sociedad global —en adelante, SG— se hace referencia genérica a un “un conjunto concreto y singular de personas y grupos en el cual se ejercen y se hallan más o menos integradas todas las categorías de actividad social” (Lapierre, 1976, p. 33). Una sociedad global, según esta definición y para el caso que nos ocupa, es un concepto empírico-descriptivo, que hace alusión a cualquier tipo de agrupación de seres humanos: Estado, departamento, localidad, barrio, entre otras.

El sistema, en principio, es un conjunto determinado de elementos interrelacionados —con todas las implicaciones que esto abarca—. Existen diferentes tipos o clases de sistemas: naturales (sistema solar), creados o inventados (sistema métrico decimal), observables (sistemas respiratorio, óseo y muscular), intangibles o no observables (el sistema político), unos más abiertos que otros, en relación con su entorno.

 

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Figura 1.1. Clases de sistemas: sistema solar, sistema métrico decimal y sistemas del organismo humano

Fuente: http://www.astromia.com/solar/sistemasolar.htm, http://www.bing.com/images/search?q=SISTEMA+metrico+decimal+grafica+&id=FAE9A87603B7486F41A154889A423486B6CFC850&FORM=IQFRBA

Con sistema político (Lapierre, 1976, pp. 38-39) —en adelante, SP— se hace referencia a aquel conjunto, ya no de elementos, sino de procesos de toma de decisiones y relaciones de poder. Esas decisiones atañen a la totalidad de una sociedad global determinada, al igual que sus respectivas relaciones de poder, es decir, en un determinado contexto, tiempo y lugar, el conocimiento de en cuáles manos se encuentra el poder y la forma en que este se ejerce. En la democracia, como sistema-régimen político, depende de la decisión de los ciudadanos en qué manos se encuentra el poder, pues son precisamente los ciudadanos quienes, a través de un proceso electoral, así lo deciden.3

 

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Figura 1.2. Relaciones de poder en las sociedades globales

Fuente: elaboración de la autora.

 

Por su lado, con régimen político4 —en adelante, RP— se hace referencia al conjunto de instituciones5 relacionadas con el ejercicio del poder, la forma como se adquiere el poder, como se ejerce y como se controla. Conjunto de instituciones que en la gran mayoría de las sociedades globales más complejas y modernas se encuentran especificadas en sus respectivas constituciones o derecho consuetudinario. El sistema político es un concepto abstracto y analítico, mientras que el concepto de régimen es descriptivo y observable.

En toda sociedad global se toman decisiones, se dan relaciones de poder e implícita o explícitamente se van creando instituciones que ritualizan ese proceso, desde las más simples o tribales, hasta las más complejas o modernas.

Tomando como punto de partida esa perspectiva —con base en lo anterior—, grosso modo se esboza en la tabla 1.1. la sistematización sobre los sistemas-regímenes políticos en la historia de Occidente. Se observa en la primera columna, el ‘antes’ o mejor conocido como Antiguo Régimen, caracterizado por la concentración del poder. En la segunda columna, los ‘hechos’ más relevantes que propiciaron el lento cambio —siglos— caracterizado por la incorporación paulatina hasta nuestros días de derechos, deberes y obligaciones a los ya denominados ciudadanos; y en la tercera y cuarta columnas, el ‘después’ y el ‘ahora’, las tipologías existentes sobre los regímenes políticos de acuerdo con cómo se adquiere, cómo se ejerce y relaciona el poder —formas de gobierno— (parlamentarias, presidenciales y mixtas). Y la primacía del fundamentalismo democrático, en nuestros días, donde cualquier régimen político considerado no democrático es considerado ilegítimo.

Toda sociedad global tiene un espacio real, o virtual en algunos casos, donde se originan las relaciones y se ejerce el poder. La forma en que se organiza el espacio-territorio en cada SG no obedece a una decisión previa, sino al resultado del desarrollo histórico empírico de las circunstancias socioeconómicas y políticas. Según esta lógica, la tipología clásica de la organización territorial es la federal (Badía, 1985, pp. 77-145), en contraposición a la unitaria (Badía, 1986, pp. 47-76). En las últimas décadas, y de forma ­paulatina, ha ido tomando forma una categoría o tipo denominada regionalismo (Aguilera de Prat, 2006, pp. 47-76).

 

Tabla 1.1. Sistemas y regímenes políticos de Occidente

Antes... (Antiguo Régimen)

Hechos

Después...

… Ahora

Monarquías (absolutas, autoritarias, despóticas).

 

Centralización del poder y respeto de todo tipo de privilegios personales, estamentales y territoriales a los denominados ‘nobles’, quienes detentaban el poder.

 

Feudalismo, transición al capitalismo.

Relaciones de poder determinadas por la posición social (sociedad estamental) y el surgimiento de un nuevo estamento o sector: la burguesía poseedora de riqueza pero que no puede acceder al poder ni a los privilegios de la clase dominante, la ‘nobleza’.

Guerras civiles, revoluciones y evolución del derecho constitucional inglés.*

 

La crisis del Antiguo Régimen (1751, hasta las revoluciones de 1848).

 

La Revolución francesa (1789) y la conformación de Estados Unidos.**

Regímenes:

Totalitarios

Autoritarios

Democracias

Democráticos vs. no democráticos

Fundamentalismo democrático

Cómo se adquiere el poder: mediante procesos electorales.

Cómo se ejerce y relaciona el poder (forma de gobierno).

Regímenes y sistemas políticos clásicos (formas de gobierno):

Parlamentaristas

Reino Unido

Presidencialistas

Estados Unidos

Mixtos

Francia

 

*  La Carta Magna de 1215, la Petition of Rights (1628), el Bill of Rights (1689), el Acta de Establecimiento (1701), las Actas de Unión de Escocia y de Irlanda (1707 y 1800), las diferentes Representations of People Acts y el Establecimiento de Westminster (1931).

**  La Declaración de Independencia (1776), la Constitución Federal (1787).

Fuente: elaboración de la autora.

 

Con el concepto ‘formas de gobierno’ se hace referencia específica a la manera como institucionalmente se adquiere, se relaciona y se ejerce el poder, en cada sociedad global. Al respecto, ver la tabla 1.2, en la que se da una sistematización sobre las características de cada una de las formas clásicas de gobierno —el deber ser—.

Dependiendo de las deformaciones o transformaciones que se van presentando en el desarrollo del juego político en cada sociedad global, en determinados períodos y circunstancias, algunos expertos hablan de ‘semipresidencialismo’, ‘semiparlamentarismo’ e ‘hiperpresidencialismo’, entre otros calificativos.

 

Tabla 1.2. Características básicas de los regímenes, sistemas o formas de gobierno* (clásicas o ‘puras’)

 

Presidencial

Parlamentario

Mixto

El Presidente es jefe de Estado y de gobierno.

Las jefaturas de Estado y de gobierno están separadas.

El Presidente es jefe de Estado; la jefatura de gobierno es dual o bicéfala.

El Presidente es electo popularmente (directa o indirectamente) por un período fijo.

La jefatura de Estado se da por sucesión, designación o elección no popular, mientras que la de gobierno emana del parlamento.

La jefatura de Estado es por elección popular, la de gobierno se instituye a propuesta del Presidente, pero con aprobación de la asamblea.

El Presidente no puede ser destituido por el Congreso, y aquel no puede disolver a este.

El Primer Ministro puede ser destituido por el parlamento.

El Presidente no puede ser destituido y el Primer Ministro puede ser removido por el Presidente o la asamblea.

El Presidente tiene el control total del ejecutivo y dirige el gobierno.

El Primer Ministro puede recomendar al jefe de Estado la disolución del parlamento.

El Presidente dirige el ejecutivo compartiéndolo con el Primer Ministro; igualmente, el gabinete comparte responsabilidades con el Primer Ministro.

El gobierno es unipersonal y el gabinete solo aconseja al Presidente.

El Primer Ministro dirige el gobierno, compartiéndolo o controlándolo.

La asamblea puede sostener o destituir gabinetes contra la voluntad del Presidente.

Los ministros solo son responsables ante el Presidente.

El gobierno es colegiado, el gabinete toma decisiones colectivas y sus ministros deben apoyarlas.

Se basa en el principio de la compartición de poderes.

Se basa en el principio de separación de poderes.

Los ministros son responsables ante el parlamento.

 

 

Se basa en el principio de fusión de poderes.

 

 

*  Las formas de gobierno denominadas ‘clásicas’ —parlamentarismo, presidencialismo y mixtas— se originaron de la evolución y transformación histórica de las sociedades globales del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, los Estados Unidos de Norteamérica y de la República Francesa, respectivamente.

Fuente: elaboración de la autora con base en el texto de Badía (1985).

 

1.2. Democracia(s)

 

En todos los regímenes políticos, y en la democracia más que en ningún otro, el reclutamiento de los jefes es el problema decisivo, el que determina el éxito o el fracaso.

 

RAYMOND ARON, introducción Max Weber

 

Independientemente de cómo se quiera definir el controvertido concepto de la ‘democracia’: como un régimen, como un sistema político o como una determinada forma de vida y organización social, entre otras, la democracia debe primero estar inspirada en los principios de libertad 6 e igualdad 7 —aún más controvertidos y etéreos que ella—. En segundo lugar, vse tiene que en el epicentro de cualquiera de esas definiciones debe ubicarse el papel o rol que deben desempeñar los individuos, ahora ciudadanos, en el proceso de toma de decisiones. Para ello, debe empezarse por abordar el tema de la participación8 en el proceso de selección de sus dirigentes —representantes— y la respectiva capacidad para tratar de influir y controlar los procesos de decisión que afecten a la respectiva sociedad global9 (Morlino, 1988; Schumpeter, 2005; Sartori, 2009).

La gran diferencia entre el antes y después del renacimiento e implementación de la democracia —en cuanto a sus etapas— es la incorporación paulatina de los derechos que se le van otorgando a los individuos, ahora ciudadanos, situación que va de forma paralela al desarrollo del derecho constitucional —o el denominado constitucionalismo—.10 En el antes, denominado ‘Antiguo Régimen’, los individuos (esclavos, vasallos o siervos, entre otros) solo tenían deberes y obligaciones,11 mas no derechos.

 

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Figura 1.3. Principios que inspiran la democracia

Fuente: elaboración de la autora con base en el texto de Morlino (1988).

 

En las democracias se conquista el poder a través de procesos electorales, mediante los cuales se filtran y aglutinan las demandas sociales, por medio de la participación y representación.

 

 

 

1.3. Sobre las elecciones

Las elecciones como un medio para seleccionar representantes y delegar autoridad, de toda índole, son anteriores a la democracia liberal; adicionalmente, en su sentido más amplio son consideradas como una técnica. No obstante, en cuanto a su papel e importancia en y para la democracia, ya no deben ser una técnica cualquiera, sino más bien un método democrático.12 En consecuencia, se tiene que las elecciones se deben orientar —llevar a cabo— bajo los principios de la democracia: libertad e igualdad.13

Entonces: las elecciones constituyen el método democrático para seleccionar a representantes y dirigentes políticos,14 y tratar de influir en el proceso de toma de decisiones que estos tomen, mediante instrumentos tales como la posibilidad de ser reelegidos o no (representante o dirigente) y la revocatoria del mandato. Elección, reelección o revocatoria como control/premio o castigo a la ‘rendición de cuentas’ que deben presentar y a la que están sometidos los dirigentes elegidos, según el deber ser de la democracia moderna.

Por ello, las elecciones se deben repetir cada cierto tiempo y de manera permanente, y son condición fundamental de un régimen democrático. Ahora bien, desde el momento en que se empezó a implementar la forma republicana de gobierno, cambiando la forma de adquisición del poder de hereditaria a competencias electorales, se han utilizado dos tipos de elecciones: las indirectas y las directas. Con esto se hace relación a la forma de participación de la ciudadanía en la selección de sus dirigentes.

En las elecciones indirectas, los ciudadanos eligen en sus respectivas sociedades globales (poblados, parroquias o circunscripciones) a unas personas denominados electores, quienes en etapas electorales posteriores eligen a otras personas, para que finalmente sean estas quienes elijan a los dirigentes o representantes del pueblo. Este tipo de elecciones eran predominantes hasta principios del siglo XX cuando se amplió el derecho del sufragio y se establecieron sus requisitos: universal, secreto, igual y directo. Por otro lado, en las elecciones directas son los ciudadanos quienes sin intermediarios deciden quién(es) los gobernarán o representarán en las diferentes instituciones.

 

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Figura 1.4. El método democrático

Fuente: elaboración de la autora.

 

En definitiva, el proceso mediante el cual los ciudadanos eligen a sus representantes, en democracia, debe estar debidamente reglamentado (régimen electoral).15 Así pues, se debe conocer de antemano en relación con cada una de sus etapas —preelectoral, electoral y poselectoral— cuándo se inicia y termina, así como bajo qué condiciones y características se debe llevar a cabo, y las especificaciones de quién(es) serán los ganadores en cada elección, de acuerdo con lo expresado por los ciudadanos por medio de un determinado sistema electoral.

 

La salud de las democracias, cualesquiera que sean su tipo y su grado, depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral. Todo lo demás es secundario. [...] Sin el apoyo de auténtico sufragio las instituciones democráticas están en el aire.

 

JOSÉ ORTEGA Y GASSET

(La rebelión de las masas, segunda parte, capítulo VII)

 

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Figura 1.5. El proceso electoral

Fuente: elaboración de la autora.

 

1.4. Sobre los sistemas electorales

Sistema electoral, en sentido amplio,16 suele hacer referencia a todo lo relacionado con el proceso electoral, tomando como punto de partida el derecho electoral (sufragio), y de ahí en adelante, la campaña, la financiación, el día electoral, los escrutinios, la administración electoral, hasta llegar a lo contencioso electoral. Por esta razón, es necesaria una redefinición del concepto que lo restrinja y delimite, haciéndolo más ventajoso y fructífero tanto para su estudio como para el debate político en torno a su diseño, evaluación o reforma.

Al separar en etapas los diferentes momentos del proceso electoral: preelectoral, electoral y poselectoral, se tendría, en consecuencia, que los sistemas electorales se ubicarían en la etapa electoral —intermedia—, mientras que en la etapa preelectoral se ubicarían, entre otros, las campañas y el derecho electoral;17 y en la poselectoral, los escrutinios y lo contencioso administrativo (expedición de credenciales, reclamos e impugnaciones).

Siguiendo lo anterior, el concepto ‘sistema electoral’, en sentido restrin­gido, se define como “el conjunto de elementos (reglas) a través de las cuales los electores pueden expresar sus preferencias políticas y mediante las cuales es posible convertir los votos en escaños (elección de órganos de ­representación: congreso, asambleas, concejos, entre otros) o en cargos de gobierno —presidente, gobernadores, alcaldes, etc.—” (Nohlen, 1995, pp. 31-33). En síntesis, el concepto hace referencia a la forma en que la ciudadanía vota y los mecanismos seleccionados, gracias a los cuales los votos se convierten en escaños o poder político.

Toda elección, por simple o trivial que parezca, tiene un sistema electoral,18 y si por sistema se hace referencia específica a un conjunto de (reglas) elementos interrelacionados, ¿cuáles son estos elementos o reglas para nuestro caso?

Este libro de texto, en contravía con los eruditos de la materia, plantea que el primer componente de toda elección y todo sistema electoral es el ­principio de representación —fórmula o regla de decisión— que se escoja;19 el segundo componente, en concordancia con los especialistas, la conformación o diseño de las circunscripciones electorales; el tercero, la forma de candidatura y votación; por último, en cuarto lugar, se encuentran las fórmulas de conversión de votos en escaños o poder político. Así mismo, y nuevamente en contravía, se propone que las barreras o umbrales electorales no son un elemento constitutivo de los sistemas electorales, sino un elemento adicional que se ha incorporado en varios sistemas electorales en las últimas décadas.

Independientemente de si los principios de representación, o reglas o fórmulas de decisión, deben o no incluirse dentro de los elementos configuradores de los sistemas electorales, toda elección se inicia con uno de ellos. Lo primero que se establece, de forma implícita o explícita, en cualquier elección es ¿quién o quiénes van a ganar? Quien tenga el mayor apoyo en el caso de una sola persona, o quiénes podrán ser los ganadores de acuerdo con los resultados, cuando se trate de varias personas. Y esto hace referencia específica a las reglas o formas de decisión o principios de representación: mayoritario y proporcional, así como a sus derivados, denominados por un sector como “combinados”, “segmentados” o “mixtos” por otros.20

 

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Figura 1.6. Elementos del sistema electoral

Fuente: elaboración de la autora.

 

Los efectos de un sistema electoral dependen de la combinación de estos elementos configuradores, los cuales pueden ser reforzados, atenuados o neutralizados a través de un determinado diseño (ingeniería electoral). Cada uno de los distintos elementos en particular ejerce efectos muy diferentes en el conjunto del sistema electoral y en el resultado de una elección. A continuación, se presenta cada elemento por separado.

 

1.4.1. Principios de representación: fórmulas o reglas de decisión

En primera instancia, dependiendo del tipo de elección —qué se elige, para qué se elige—, se debe establecer el ‘cómo se elige’. Esto tiene relación directa en cada sociedad global con el contexto no solo socioeconómico y cultural, sino con el sistema y régimen político de que se trate, esto es, con la forma de gobierno —ya sea parlamentario, presidencialista o mixto—, y en igual medida con la organización territorial de cada sociedad global, Estado-nación.21

No es lo mismo para lo que se elige y cómo se elige un presidente a la forma como se llega a designar o nombrar un primer ministro —presidente o Bundeskazler(in)—, ni tampoco las implicaciones que cada una de estas dos posibilidades conlleva. La pregunta de fondo es: ¿qué representa cada uno de ellos? ¿Qué implicaciones tiene lo que cada uno de esos personajes representa, tanto en el sistema político como en el juego político? Es preciso subrayar que el juego político gira en torno a la conquista, ejercicio y conservación del poder.