Laszlo le
tenía miedo
a la oscuridad.

La oscuridad vivía en la casa
de Laszlo, un lugar enorme
con un techo que chirriaba,
ventanas transparentes y frías
y muchos tramos de escalera.

A veces
la oscuridad
se escondía
en el armario.

A veces se sentaba
detrás de la cortina
de la bañera.

Pero la mayor parte del tiempo
la pasaba en el sótano.