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Está demostrado que el deporte del ajedrez es un poderoso ejercicio mental y una eficaz herramienta educativa. Apoyado en mis vivencias como jugador y entrenador, decidí escribir Ajedrez para la vida, un libro que además de enseñar a jugar ajedrez, toca el interesante tema de sus beneficios y aplicaciones prácticas como un valor agregado para aprenderlo. De hecho, desde el inicio he querido resaltar su provecho para la vida diaria, antes de enseñar a jugarlo.

Considero que el ajedrez como deporte es una excelente opción, porque es fácil de aprender, es económico, goza de prestigio y se practica a cualquier edad. Padres e hijos pueden competir y compartir en casa, ayuda a socializar, une a la familia, aleja a la juventud de los vicios y motiva a ser académicamente exitoso. El ajedrez va de la mano con el avance tecnológico, tanto así que es utilizado como modelo ideal de prueba en el desarrollo de la cibernética. ¡Es el único deporte que se puede practicar y competir por internet!

Este libro está diseñado para ir progresando paso a paso, en un ágil aprendizaje y perfeccionamiento. Al comienzo, ilustro las bases necesarias y algunas útiles recomendaciones técnicas para aprender a mover las piezas, con suficientes diagramas para que no haya necesidad de utilizar tablero ni trebejos. Superado el tema de los rudimentos –y para los que ya lo saben jugar e incluso aquellos que tienen un nivel avanzado–, será muy interesante, pues le doy impulso al proceso de aprendizaje con una dinámica de interés creciente. Pronto, abordo el sugestivo mundo del final de partida, los emocionantes temas de la estrategia y el maravilloso encanto de las combinaciones. Verán ejemplos relevantes, apoyados en una selección de ejercicios al concluir cada tema (con las soluciones al final del libro) que ayudarán a reforzar lo estudiado. Comprobarán de manera gradual, metódica y con bases sólidas, cómo sus habilidades irán en ascenso. En este proceso de comprensión, nuestro noble juego produce en muchos un mágico encanto. Cada vez que lo entendemos mejor, nos va atrapando y preparando para el reto cotidiano.

Son universalmente reconocidas las grandes virtudes del ajedrez en la educación. He observado, como regla, que los jóvenes que juegan habitualmente al ajedrez y le tienen especial interés, son estudiantes destacados. Muchos padres me han confesado lo bien que ha obrado en la vida de sus hijos, una vez se han interesado. Su fruto lo he visto reflejado rápidamente en los resultados escolares; incluso quienes estaban rezagados en los estudios, al poco tiempo de práctica, ya no tuvieron necesidad de acudir a tutores extracurriculares. Es claro e inequívoco, los niños que entrenan ajedrez tienen mejor rendimiento académico que quienes lo desconocen.

Se han comprobado sus enormes méritos, por solo citar unos pocos: agudiza el poder de observación y concentración, y mejora y desarrolla la memoria visual, la autoestima, la paciencia, el pensamiento crítico y la capacidad de reflexión.

Por otra parte, acelera la madurez intelectual, estimula la obtención de logros a través de la competencia, propicia un ambiente adecuado para hacer amigos, estimula las habilidades individuales y enseña a pensar ordenadamente en pro de la toma de decisiones por un objetivo.

¡Bienvenidos al mundo mágico del ajedrez! Deseo acercarme a todos aquellos que sean atraídos por este apasionante entretenimiento, que deseen aprender a jugar y a progresar o ansíen enseñarlo con método. Los cautivados podrán descubrir la fantasía y las aplicaciones ilimitadas de este “hechizante juego, arte y ciencia”.

Ya lo saben, el ajedrez tiene estatus, es entretenido y para nada monótono. Me pareció muy elocuente la respuesta espontánea que le dio un niño “sabio” a un periodista (en un colegio donde estudian ajedrez en Tel-Aviv, Israel). Ante la pregunta: “¿Es el ajedrez un juego tranquilo?”, respondió: “¡Parece tranquilo, pero mi mente es atlética!” (Tomado de chessbase.com)

El ajedrez es un prestigioso juego muy antiguo que ha superado la prueba del tiempo. Por sus enormes virtudes reconocidas y demostradas, es una herramienta pedagógica muy poderosa en la educación escolar.

Lo económico juega un papel muy importante. Se puede jugar prácticamente en cualquier lugar, solo necesita espacios relativamente pequeños, como los salones de clase. La logística es sencilla: tableros y piezas que son baratos y de duración ilimitada; al contrario de otros deportes que necesitan amplios espacios e infraestructura compleja y costosa.

Han sido estudiados y comprobados sus enormes beneficios para los niños que lo practican. Se conocen evidencias experimentales y de campo que prueban los frutos del estudio y la práctica sistemática del ajedrez, en ambientes escolares de diferentes partes del mundo.

En Alemania y en la antigua Unión Soviética, tomaron dos grupos de escolares: a unos se les enseñó y se les enfatizó el ajedrez dentro de su programa académico, y a otros se les marginó del ajedrez. A los que se les impartió ajedrez como una asignatura adicional tuvieron mejor rendimiento académico que quienes lo desconocían.

Sugieren que fue eficaz en la estimulación de habilidades y capacidades cognitivas y emocionales tales como: inteligencia, atención, razonamiento lógico-matemático, habilidad verbal, habilidad numérica, autoestima, memoria, creatividad, etcétera.

La reputación del ajedrez no es infundada; se juega en los cinco continentes, con resultados elocuentes de sus beneficios en el ámbito escolar: Turquía es un caso ejemplar y gracias a su enorme acogida es política de Estado; también cabe destacar los logros de estos proyectos en Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, China, Cuba, Estados Unidos, Francia, Holanda, Inglaterra, Islandia, Israel, Polonia, Puerto Rico, República Checa, Singapur, Suecia, Tailandia, Venezuela, Rusia y todos los países que conformaban la antigua Unión Soviética; más de treinta países y miles de colegios lo fomentan en su currículo escolar .

Como en cualquier actividad de reto, para progresar es necesario estudiarlo y practicarlo; además, exige características que distinguen la individualidad en la forma de jugarlo, cada cual le da su “toque personal”, reflejando sus deseos interiores. Hay reglas rígidas e inviolables (la ética y los valores que igualmente rigen el mundo), cuya transgresión tiene consecuencias. La presión de tiempo; el desarrollo y la planificación desde el principio para buscar un fin; la toma de decisiones constantes en pro de un objetivo; la responsabilidad en cada una de las acciones, y la vigilancia de los eventuales pasos contrarios para sacar el mejor partido, hacen parte de una lucha de voluntades con respeto en la contraparte.

A lo largo de mi experiencia, he podido comprobar que el mayor aporte que ofrece el ajedrez, en cuanto a destrezas y herramientas que puede potenciar, se presenta en el terreno práctico y competitivo. Hay una inmensa cantidad de exigencias de carácter sicológico y deportivo, eso sí, haciendo salvedad de que, al igual que las demás actividades, debe ser dosificado y mantener un equilibrio responsable.

¡Más que un reto intelectual y deportivo, es una pasión! A cualquier nivel es interesante y si lo entendemos mejor, el panorama se amplifica. Debemos admitir –ante lo extenso y complejo del ajedrez–, lo mucho que ignoramos y lo poco que sabemos. Eso sí, a medida que mejoramos, se vuelve más interesante y divertido.

El ajedrez es un ejemplo y modelo extraordinario para mejorar nuestro carácter, nuestra atención y concentración. Cada partida es una fuente de sensaciones, donde se viven circunstancias disímiles y de toma de decisiones. Allí circulan niveles de emociones y pasajes tan conmovedores que para los apasionados son “mágicos”, a veces más sustanciales que la vida real. Pueden suscitarse momentos apacibles y aparecer abruptamente fases en extremo violentas e incluso brutales, para de pronto volver a ser más placenteras y gratificantes.

Como parte de su naturaleza humana, la supervivencia en el ajedrez depende del error; el resultado, la creatividad y el deleite individual están ligados al que menos faltas cometa, al más sagaz o a quien aproveche el último error, justo esto da esa connotación de arte, ciencia y deporte, tan parecida al escenario de la vida misma.

El ajedrez ha sido escogido por empresas dedicadas al trabajo de la inteligencia artificial, desde hace más de treinta años, para ilustrar el beneficio del intercambio y procesamiento de datos. Las mejores computadoras logran analizar la descomunal cifra de doscientos millones de posibilidades por segundo, inquietando a los mejores ajedrecistas. Precisamente, el juego-ciencia, por aquella complejidad conocida por todos (exige un marcado esfuerzo mental), posee valores relativos y posibilidades dentro de los procesos lógicos de estrategia, dominio, control, análisis, cálculo, concepto y arte, con el aliciente de la lucha para arrojar un derrotado y un vencedor.

Actualmente, hay gran cantidad de módulos para interactuar y jugar con el cerebro electrónico. Un humano se puede enfrentar a variados programas que juegan en todos los niveles y estilos. Para los ajedrecistas de nivel competitivo, la procesadora juega un importante papel en la preparación y el estudio. También, hoy en día bases de datos y teorías sobre todas las fases del juego se encuentran sistematizadas, y hay un aliciente adicional maravilloso, que se pude jugar en línea. Miles de partidas se juegan diariamente en directo por la red, tanto a nivel competitivo como recreativo. Por ejemplo, ¡una persona en Puerto Rico puede jugar en tiempo real una partida con un ajedrecista en Australia!

El ajedrez ha sido tema de estudio y ha contribuido con la evolución de la inteligencia artificial, la psicología cognitiva y la economía. Recordemos que el premio Nobel de Economía de 1994, en “análisis del equilibrio en la teoría de los juegos no cooperativos basados en el ajedrez”, ayudó al avance de las nuevas concepciones económicas; asimismo, sus probables aplicaciones en la física, el mercado de valores (¿recuerdan la película Beautiful Mind (Una mente brillante) sobre la vida del científico John F. Nash, que recibió el Nobel de economía?), la informática, etcétera.

AJEDREZ PARA LA EDUCACIÓN

Jugar ajedrez nos da la oportunidad de comenzar
la vida nuevamente, pero esta vez nadie tiene más
dinero, nadie es más bonito(a), nadie vive en un mejor
lugar y todos vamos a la misma escuela. En resumen, es
un mundo donde se juega con las cartas expuestas
y nadie tiene una ventaja injustificada.

ANÓNIMO

.Los niños que juegan ajedrez, en promedio, tienen mejor rendimiento académico y se adaptan mejor socialmente.
.Les mejora la memoria y la habilidad para resolver problemas, y les enseña a pensar ordenadamente.
.Es educativo, contrario a la televisión y los videojuegos, y estimula el pensamiento creativo y el pensamiento lógico.
.Estimula las habilidades numéricas y verbales.

Para los niños, el ajedrez es divertido y es un reto intelectual apasionante; desarrolla la formación de conceptos, tan útil para la constante toma de decisiones que vivimos en todo momento. Nuestro ilustre juego tiene elementos que producen asombro, y continuamente aparecen elementos de sorpresa, ingenio, astucia. Cada partida es un debate intelectual de ideas, retiradas, avances, planes y conceptos que hay que desarrollar consecuentemente, siguiendo unas reglas predeterminadas de igualdad, todas obligadas a cumplirse.

Los estudios del doctor Peter Dauvergne, en su libro The Case for Chess as a Tool to Develop Our Children’s Minds (El caso del ajedrez como herramienta para el desarrollo de la mente de nuestros niños), apuntan que el ajedrez es una de las herramientas de la mente de enseñanza más eficaces para preparar a los niños para un mundo abrumado por la información y por decisiones cada vez más difíciles de tomar, puesto que:

.Eleva el coeficiente intelectual (CI).
.Fortalece las habilidades para resolver problemas y enseña a tomar decisiones difíciles y abstractas de forma independiente.
.Mejora la lectura, la memoria, el lenguaje y las habilidades matemáticas.
.Fomenta el pensamiento crítico, creativo y original.
.Promueve la práctica en la toma de decisiones precisas y rápidas bajo presión de tiempo, una habilidad que puede ayudar a mejorar los resultados de los exámenes en la escuela.
.Enseña a pensar de manera lógica y eficiente, y contribuye a seleccionar la mejor opción entre un gran número de opciones.
.Desafía a los niños superdotados y potencialmente ayuda a los alumnos inteligentes con bajo rendimiento; promueve el estudio y el esfuerzo para la excelencia.
.Demuestra la importancia de la planificación flexible, la concentración y las consecuencias de las decisiones.
.Llega a niños y niñas, independientemente de sus capacidades físicas o condiciones socio-económicos.

El Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución dirigida a la Comisión Europea, y a todos los Estados de la Unión Europea, a fin de que apoyen la introducción del ajedrez en el sistema educativo y destinen fondos para que deje de ser asignatura extraescolar y pase a ser asignatura lectiva (2012). Lo anterior tras demostrarse sus enormes beneficios y como refuerzo para mejorar “la toma de decisiones con autonomía en los estudiantes”.

La razón fundamental del ajedrez como herramienta educativa es brindar a los estudiantes, profesores, líderes comunitarios y a la población en general, las posibilidades ilimitadas de aprender un interesante juego (deporte) competitivo, o si se quiere recreativo, que beneficia el rendimiento académico, desarrolla el carácter y la personalidad, y ayuda a convertirlos en personas íntegras.