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Primera edición, 2012

 

D. R. © El Colegio de la Frontera Norte, A. C.

Carretera escénica Tijuana-Ensenada km. 18.5

San Antonio del Mar, 22560

Tijuana, Baja California, México

ISBN: 978 607 4790 795

www.colef.mx

 

D. R. © Universidad Autónoma de Sinaloa

Ángel Flores s/n

Centro, 80000

Culiacán, Sinaloa

ISBN: 978 607 9236 517

www.uas.edu.mx

 

D. R. © Universidad Autónoma de Nuevo León

Padre Mier num. 909, poniente, esquina con Vallarta, Centro, 64000, Monterrey, Nuevo León, México

www.uanl.mx/publicaciones

 

D. R. © Bonilla Artigas Editores, S. A. de C. V.

Cerro Tres Marías núm. 354

Col. Campestre Churubusco, 04200

México, D. F.

www.libreriabonilla.com.mx

 

ISBN libro impreso: 978 607 758 864 1

ISBN libro digital: 978 607 758 875 7

 

Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio conocido o por conocerse, sin el consentimiento por escrito de su legítimo titular de derechos.

 

Hecho en México / Made in Mexico

CONTENIDO

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

“LA DEL MOÑO COLORADO”: MIGRACIÓN Y EXPRESIONES MUSICALES MAYANSES

Marina Alonso Bolaños

CAMBIO MUSICAL O CONTINUIDAD EN LA MEMORIA MESTIZA DE LAS DANZAS EN LA SIERRA NORTE DE PUEBLA

Jessica Gottfried Hesketh

MÚSICA E IDENTIDAD EN CONTEXTOS TRANSNACIONALES MODERNOS

Adriana Cruz-Manjarrez

LA MÚSICA DE LOS MIGRANTES MIXTECOS EN SAN QUINTÍN. DESARROLLO Y RELEVANCIA SOCIAL

Everardo Garduño y Carolina Mata

ANTROPOLOGÍA DE LA MIGRACIÓN MUSICAL

Miguel Olmos Aguilera

MOVILIDAD REGIONAL DE LAS BANDAS DE VIENTO EN LAS FIESTAS CÍVICAS DE LA FRONTERA SONORENSE: LOS MÚSICOS DE LAS PERRADAS

Igael González Sánchez

MÚSICAS MEXICANAS EN BOGOTÁ. DE LA REGIÓN A LA INTERNACIONALIZACIÓN

Luis Omar Montoya Arias

SOBRE BANDAS COLOMBIANAS, LA RADIO Y LOS SALUDOS EN MONTERREY. JÓVENES, SU AGRUPACIÓN Y EL RECONOCIMIENTO MEDIÁTICO VÍA CUMBIA

Darío Blanco Arboleda

LA MIRADA DUAL DEL CANCIONERO MIGRATORIO. UNA PROPUESTA DE INTERPRETACIÓN

Humberto Félix Berumen

MÚSICA E IDENTIDAD EN MIGRANTES QUERETANOS

José Juan Olvera Gudiño

CON LA MÚSICA A OTRA PARTE. MIGRACIÓN E IDENTIDAD EN LA LÍRICA QUERETANA

Agustín Escobar Ledesma

CUSINELA: MÚSICA REGIONAL WIXÁRIKA PARA SALTAR FRONTERAS

Rodrigo de la Mora Pérez Arce

CANTOS DEL DESIERTO Y SONES DEL ALMA.ALGO SOBRE LA MÚSICA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE SONORA

Alejandro Aguilar Zeleny

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 TAMBORES: REFLEXIONES SOBRE MÚSICAS MIGRANTES

Helena Simonett

RECUENTO DE LA MÚSICA COMCA'AC Y SUS ESPACIOS CEREMONIALES

Otila María Caballero Quevedo

RY COODER Y LA TRANSFRONTERIZACIÓN DE LA MÚSICA

Lawrence Douglas Taylor Hansen

LA FRONTERA Y LA MIGRACIÓN MEXICANA CLANDESTINA EN CANCIONES ESTADOUNIDENSES DEL SIGLO XX: WOODY GUTHRIE, RY COODER Y BRUCE SPRINGSTEEN

Guillermo Alonso Meneses

LA CANCIÓN POLÍTICA CHILENA Y EL DESARROLLO DE LA MÚSICA POPULAR LATINOAMERICANA

Julio Armando Herrera López

EL ALMA DEL DANZÓN. LA CARGA SIMBÓLICA DE LOS TIMBALES EN EL DANZÓN MEXICANO

Damián Báez Galván

ÍNDICE DE CUADROS, FIGURAS, FOTOGRAFÍAS Y MAPAS

ÍNDICE DE LETRAS DE CANCIONES

Sobre el autor

INTRODUCCIÓN 1

MÚSICAS MIGRANTES: LA MOVILIDAD ARTÍSTICA EN LA ERA GLOBAL

En el mundo entero la migración musical no es algo novedoso, todas las melodías, los instrumentos, sonidos y géneros musicales se han movido incesantemente a todo lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Sin embargo, en la actualidad los medios para difundir estas músicas ha facilitado la apropiación de los mismos en lugares muy distantes de los que se produjeron originalmente. En América, desde antes de la llegada de los colonizadores, los instrumentos y las influencias culturales por conquista o por intercambio ya eran una práctica común. Diversos instrumentos de percusión, aerófonos,2 circularon ampliamente en las culturas de las planicies de lo que hoy llamamos el sur de E. U. Con el descubrimiento de América evidentemente hubo una enorme cantidad de transformaciones musicales no sólo en el continente americano sino en Europa. Existen actualmente miles de géneros musicales producto de este mestizaje musical. Esta mezcla de tradiciones tuvo sus efectos en diversas épocas, así por ejemplo chaconas, folias, pasacalles, bourés y contradanzas dieron origen en los primeros siglos de la colonización a cierta cantidad de géneros que influenciaron las músicas del mundo entero. En esta misma lógica, también en el siglo XIX y XX aparecieron nuevas músicas indígenas y mestizas que no han dejado de fusionarse.

Este volumen pretende aportar nuevos escenarios a la investigación sobre la migración musical. Es producto del Seminario Músicas Migrantes, llevado a cabo en El Colegio de la Frontera Norte a finales del año 2009. En este evento participaron musicólogos, etnomusicólogos y estudiosos del fenómeno musical. Entre los temas de discusión, y que forman parte de los artículos de este libro, se encuentran las implicaciones de la expansión y de las fusiones culturales de las músicas locales en el contexto regional y mundial. Considerando que en los últimos años el incremento de la movilidad cultural ha reconfigurado las fronteras nacionales y regionales, y que éstas son cada vez más permeables, el análisis de la cultura musical vinculada con el fenómeno migratorio se hace cada vez más necesario en el ámbito fronterizo.

Analizar la música como una de las partes más sutiles y complejas de la cultura humana representa un avance sin precedentes en esta institución. Actualmente en distintas instituciones académicas de América y de Europa, han proliferado eventos y congresos dedicados al análisis migratorio de los fenómenos artísticos y musicales. Esta situación es el resultado del cuestionamiento y actualización de los paradigmas disciplinares tanto de la musicología como de la etnomusicología. Para este evento, algunos de los autores del presente volumen participaron también en The Society for Ethnomusicology, llevado a cabo en la ciudad de México a finales del año 2009. En este congreso se constata la magnitud de la investigación musical en E. U. y algunos países latinoamericanos por la cantidad de investigadores participantes. Aún cuando se realizan reuniones para analizar el problema de la migración, el arte y la música en distintas partes del mundo, nuestra ubicación en la frontera norte de México nos pone en una perspectiva privilegiada para tratar la temática de la migración y las relaciones establecidas entre la música global y la música local. El análisis de esta dimensión dialéctica entre los fenómenos musicales globales y locales es también parte de los objetivos de nuestro seminario.

El estudio de las relaciones entre la música y la migración, nos muestra que las repercusiones que ha tenido la cultura global han reconfigurado la cultura musical de muchos grupos migrantes. Por consiguiente dichas músicas han sufrido severas transformaciones tanto por las condiciones socioculturales que rigen el modo de vida de los migrantes, como por el universo musical que envuelve las experiencias estéticas de los individuos en su matriz cultural de origen. Así, otro de los objetivos de este libro es analizar aspectos de reconfiguración, adaptación y permanencia de los fenómenos musicales, tanto en las comunidades de origen como en aquellas en donde se asientan los nuevos escenarios culturales insertos en circuitos culturales trasnacionales, binacionales o regionales. En este orden de ideas, a pesar de que una de las intenciones de este libro es realizar un balance de la integración, conservación y fusiones de las culturas musicales en escenarios fronterizos, también se abordan las producciones actuales de la cultura musical en su producción y ritualidades tradicionales.

La importancia de la música y la migración en otros espacios académicos se constata en el título Musiques migrantes aparecido en francés en la colección Tabou en el año 2005, y compilado bajo la dirección de Lauren Aubert, dicho libro fue también inspirador del presente volumen. A pesar de la evidente importancia de las músicas migrantes o músicas en movimiento, esta realidad pareciera una tautología considerando que toda la música es difundida y ciertamente afecta diversos escenarios que contagian y difunden sonidos en dirección de múltiples públicos y audiencias. Sin embargo, los motores que impulsan la movilidad de los géneros musicales, instrumentos o estilos musicales, obedecen a situaciones muy diferentes: no es lo mismo la movilidad de la música colonial que la migración de las culturas tradicionales, o las culturas musicales, en la era de lo que se ha llamado las industrias culturales de la era mediática.

Por otro lado, el análisis del fenómeno migratorio musical no se restringe al campo de los principales movimientos migratorios históricos mexicanos, como puede ser el movimiento bracero u otros derivados de las crisis económicas de la moderna historia mexicana. La migración musical está considerada en su sentido más amplio incluyendo la migración de las músicas europeas y americanas, ya que el cuerpo cultural del mestizaje de muchas expresiones musicales indígenas contemporáneas ha recreado múltiples géneros, no sólo en América sino en el continente europeo. Por consecuencia en este amplio espectro de migraciones musicales se insertan la música de conquista y la música indígena de raíz prehispánica que tampoco se mantuvo inmutable antes de la conquista, pues ésta se mantuvo en movimiento constante bajo la dirección de ciertos centros hegemónicos.

Por otra parte, en cuanto al concepto de migración musical contemporánea, ésta no indica el cambio de residencia permanente, sino que es definida como la difusión de los fenómenos musicales y culturales más allá de la conciencia de los individuos, pues si bien es cierto que los sujetos viajan con sus músicas, éstas también son apropiadas por otras culturas independientemente de la voluntad de sus creadores. Sólo por adelantar algunos ejemplos, en la frontera norte de México y del noroeste de México la música popular la encontramos en diversos géneros bajo la influencia de la música indígena, música mestiza. Músicas como la banda sinaloense, el corrido norteño, o la música mediática inspirada en motivos indígenas o mestizos. En este libro la mayor parte de las investigaciones se circunscriben a esta discusión. Por otra parte en la frontera sur de México, la migración de las expresiones musicales son casos análogos a lo que encontramos en la frontera norte. Sin embargo para el primer caso las políticas de tránsito son establecidas por México que aplicó igualmente políticas de asilo du­rante el éxodo de migrantes guatemaltecos en las últimas décadas del siglo XX. Esta migración trajo consigo fuertes modificaciones en la cultura musical de los grupos mayanses, tal como lo refiere Marina Alonso en su trabajo de investigación. Otro caso es la comunidad zapoteca de Los Ángeles, California, sólidamente documentado y registrado, en términos etnográficos por Adriana Cruz. Para el caso de Baja California los migrantes oaxaqueños, asentados en el Valle de San Quintín han sido también ampliamente conocidos por su activa participación musical comunitaria y debido a que los conjuntos instrumentales son parte fundamental de su vida cultural, tal como lo muestra el trabajo de Everardo Garduño y Carolina Mata, quienes documentan las agrupaciones musicales oaxaqueñas por solistas, bandas, duetos, tríos o grupos electrónicos.

Los enfoques teóricos de los trabajos contenidos en este libro son muy variados. Una de las preocupaciones primordiales es el análisis de los cambios y transformaciones de los repertorios tradicionales y populares, de la misma manera como se intenta conocer sus persistencias y continuidades. El trabajo de Jessica Gottfried, a través del estudio de la obra de Roberto Téllez Girón realizada en la década de los años treinta en la Sierra Norte de Puebla, nos muestra la manera cómo muchos de los sones y piezas musicales recopilados por dicho autor han persistido en muchos casos durante varias décadas. Asimismo mediante el análisis musical riguroso se analiza el conjunto de transformaciones y sobre todo, cómo las significaciones del mismo discurso musical que pese a su permanencia, es percibido de distinta manera por los actuales habitantes de estas tierras. En el sentido de resignificación, el trabajo de Miguel Olmos exalta la importancia de la experiencia vivida como contexto fundamental sobre el que giran la refuncionalización y los cambios de sentido de los repertorios vividos por el sujeto cuyo esquema es análogo a la experiencia migratoria en términos colectivos.

En algunas investigaciones se proponen tipologías que clasifican las cualidades de los géneros musicales más variados. Sin embargo el trabajo de Humberto Félix, propone una interpretación lingüística y semi­ótica del corrido, dando como consecuencia el análisis bipolar y bicultural desde el emisor que enuncia su realidad migratoria.

Por otra parte, en el noreste mexicano existe una migración indígena y mestiza que se desplaza a la frontera siguiendo la ruta de la Huasteca y Golfo de México. Dentro de la población migrante estudiada en términos musicales, encontramos a los queretanos, cuya tradición musical es muy extensa y que en su recorrido migratorio no podía quedar ausente. Los queretanos constituyen una población migrante cuyo destino final son los E. U. Mediante un ensayo que pretende cuantificar la presencia sonora de diversos grupos comerciales en la población mestiza de algunos municipios de Querétaro, José Juan Olvera intenta dar cuenta de los gustos musicales de la población migrante. Lo atractivo de dicho estudio es que la investigación se realiza con población que estuvo en E. U., o que tuvo contacto con el universo sonoro de la región fronteriza. En este mismo contexto queretano, la investigación de Agustín Escobar identifica los géneros de la música regional ilustrando su investigación con textos de diversos corridos y canciones que ponen en evidencia el mestizaje lingüístico y cultural de los músicos de Querétaro en su experiencia como migrantes.

Como veremos más adelante, en estos trabajos la migración y el espíritu musical no se restringen a un sector social o étnico de la población. El grueso de la población mestiza ha nutrido por lo menos en los últimos 70 años la frontera noroeste, esto ha marcado la pauta para instaurar diversos patrones musicales y culturales en los estados fronterizos. Entidades federativas como Sonora, Sinaloa y Nayarit han sido grandes expulsores de población que actualmente se asienta en la frontera con E. U. Así dichas reconfiguraciones responden también a prácticas culturales en los estados de origen. Un ejemplo de esto es la práctica musical de la banda sinaloense analizada por Igael González en su trabajo sobre “las perradas”. Estas fiestas civiles de la ciudad de Nogales han creado gran tradición después de varias décadas en el marco de las fiestas del 5 de mayo. Sin embargo, dicha fiesta, si bien es importante en el contexto fronterizo, es uno de tantos ejemplos que encontramos sobre la migración de música de banda en el noroeste de México que a pesar de tener un auge inusitado en la población mestiza e indígena en los últimas décadas en todo el país e inclusive en América Latina, esta situación no se debe sólo a la migración física de los individuos, sino al ir y venir de sus músicas impulsadas por un aparato mediático que rebasa las voluntades de las tradiciones populares e inyecta gusto y movilidad a la música tradicional.

Dentro de este movimiento de músicas aparecen mezclas y fusiones de fenómenos transculturales y hegemónicos de una cultura musical, muchas veces como despojo de tradiciones arraigadas en la memoria ancestral. Esta realidad se manifiesta con el trastoque de tradiciones, pero sobre todo con la alteración de los detalles musicales y de géneros a los cuales pertenece la lógica tradicional popular. Por un lado tenemos las transformaciones de la música cultural a través del fenómeno mediático, y por otro las modificaciones impulsadas desde el interior o en donde la cultura de origen tiene una importancia capital en la desterritorialización musical. En nuestro volumen hay dos propuestas vinculadas con esta discusión. Por un lado tenemos el trabajo de Helena Simonett, quien bajo un análisis preciso de la expresión indígena por parte de mestizos analiza un disco compacto como producto cultural emergido de las ensoñaciones mestizas sobre su alteridad musical. Por otra parte tenemos el trabajo de Rodrigo de la Mora, quien a partir de la “Cumbia Cusinela” de origen indígena wixárika o huichola, analiza su recorrido migratorio impulsado por la lógica multimediática. Este es un excelente ejemplo de la reapropiación musical realizada por varios grupos musicales mestizos o de origen indígena que la han popularizado en otras regiones de México y en E. U.

En las prácticas musicales indígenas del territorio del noroeste de México, muy probablemente el estado de Sonora tiene la mayor diversidad musical en toda la región. Sin embargo también éste posee una amplia frontera con E. U., y dos de las etnias: yoremes o yaquis y los tohono o´ódham o pápagos, se encuentran en ambos países. Esta situación los presenta como grupos binacionales y biculturales particulares, con vínculos muy específicos tanto con la vida tradicional como con la modernidad urbana. Ambos grupos, y sus vecinos los seris, guarijíos, mayos y pimas, muestran una etnicidad que se transforma constantemente bajo nuevas modalidades musicales. Bajo la premisa de que todas las músicas mantienen ciertas puertas abiertas con el mundo moderno y con ciertas prácticas urbanas, el trabajo de Alejandro Aguilar Zeleny presenta una visión general del conjunto de las músicas sonorenses, ejemplificando cada uno de los géneros y discutiendo las innovaciones, aderezando con varias anécdotas de investigación, que no sólo ubican a los indígenas dentro del mundo moderno, sino al antropólogo visto desde los ojos de la población indígena. Por otro lado se evoca la reflexión sobre los derechos de autor de la música indígena, problema que hasta la fecha no ha encontrado una legislación que proteja la cultura y que al mismo tiempo mantenga las puertas abiertas con las formas de integración y de relaciones con otras sociedades nacionales. Por otro lado, aunque la nueva música de los seris o comca'ac se ha mostrado como el parte aguas de la tradición y de la modernidad a partir de la música de rock del grupo Hamac Caziim, el trabajo de Otila Caballero nos precisa las prácticas musicales de este grupo. Haciendo un recorrido de la música tradicional, Otila Caballero realiza un recuento de géneros musicales, así como el estado del arte de los estudios dedicados a la cultura musical de este grupo en el marco de su historia y de sus tradiciones rituales.

Aunque las músicas pueden ser originadas en un contexto sociocultural y sean poderosos soportes de identidades étnica o grupales, y pese a que el autor pueda pertenecer a una cultura, en su peregrinar mediático en el sentido más amplio, dichas manifestaciones no pertenecen finalmente a una sola nacionalidad o cultura. Sobre la fusión e influencia de las músicas de otros países en la región fronteriza y en otros contex­tos culturales se presentan algunos trabajos de investigación. Estos estudios ponen de manifiesto las relaciones entre la música local y la música global; sin embargo a diferencia de lo que ocurre con la cusinela o con la música mayo de fusión realizada por mestizos, éstas no se presentan de la misma manera. En este caso a pesar de que existe una fuerte participación de la radio y la televisión, no se realiza desde una vi­sión vertical por parte de una cultura u otra. Nos referimos a los intercambios de las músicas transculturales de México y Colombia. En esta temática, el trabajo de Luis Omar Montoya ilustra la importancia de las redes y de las relaciones de las músicas mexicanas en el contexto colombiano. De acuerdo con el autor, las músicas mexicanas han creado gran popularidad y tradición en el país colombiano, desde mariachis hasta corridos de narcotráfico, pasando por ballenatos mexicanizados o música mexicana en diversos ritmos colombianos. Caso contrario en términos de influencia, lo encontramos en la ciudad de Monterrey donde Darío Blanco señala que la música colombiana es una tradición muy antigua. Esta población denominada como “los colombias”, posee una identidad específica generada principalmente por la radio. No obstante la proliferación de agrupaciones de música colombiana interpretada por distintos músicos, Celso Piña continúa siendo uno de los íconos asociados con este movimiento caracterizado entre otras cosas por la pasión de un sector de la sociedad por la música colombiana que construye nuevas identificaciones basadas en la apropiación de géneros y prácticas musicales colombianas.

Dentro de la música fronteriza existen autores que la representan en sus más diversas facetas: violencia, drogas, prostitución, mundo rural, migración clandestina, mundo indígena. Sin embargo en E. U., existen cantautores que han abordado la frontera [the Border] desde su muy particular perspectiva reflejando su visión del mundo, su lengua y su cultura nacionales. Es bien conocido que en este país, al igual que en muchos otros, existen culturas diversas, no obstante la hegemonía nacional los unifica como ciudadanos estadounidenses frente a la alteridad mexicana o de cualquier otra cultura, lengua o nacionalidad. Dos de las artículos que abordan este análisis son los de Lawrence Taylor y de Guillermo Alonso. En el primero, el lector encontrará en la obra de Ry Cooder los pormenores de su vida como uno de los cantantes emblemáticos de la canción social y de denuncia relacionada con la problemática fronteriza. En este mismo intento Guillermo Alonso analiza minuciosamente algunas de las canciones de autores como el mismo Ry Cooder, Woody Guthrie y Bruce Springsteen. Estos músicos y compositores más allá de solidarizarse sólo con los migrantes que cruzan de manera clandestina a su país, tal como lo señala el autor, también reflejan su ideología y sus imaginerías con respecto a su realidad en tanto ciudadanos de E. U. En este país, el movimiento artístico de apoyo al migrante agrupa cada vez un número mayor de músicos y artistas, algunos buscando crear conciencia de los atropellos a los derechos humanos de los migrantes indocumentados, y en otros casos, satisfacer solamente los clichés que se tienen sobre una cultura exótica que será siempre un atractivo para el ojo foráneo.

La información y análisis sobre las músicas migrantes en el contexto latinoamericano quedaría truncado si faltara el movimiento artístico y musical de los años setenta del siglo XX en América Latina, tal como lo presenta Julio Herrera. Para muchos de los estudiosos de la música étnica y popular, la música latinoamericana de la década de los años setenta, marcó un hito en la escena mundial y personal. Estas músicas, no sólo migrantes sino exiliadas y asiladas en diversos países de América Latina entre ellos México–, y de Europa Francia, Italia y España, fueron desarrolladas desde el exilio debido a las políticas de masacre y represión que se vivieron en América Latina durante las décadas de los años setenta y ochenta. En este escenario surge la canción de la resistencia chilena con cantantes como Violeta Parra, Víctor Jara, y grupos como Inti-illimani y Quilapayún entre tantos otros. De esta experiencia política y cultural surgieron movimientos musicales en América y Europa que todavía siguen interpretando música andina, música argentina o brasileña. Desde esta época los charangos, los bombos, las zampoñas y las quenas inundan los escenarios de teatros en diversas partes del mundo.

Así de los mestizajes musicales en la historia de América Latina han surgido géneros como habaneras, zarabandas y más recientemente el mambo, chachachá y el danzón entre otros. Este último, originalmente cubano, sería apropiado posteriormente en México interpretado por músicos mexicanos y por músicos cubanos que dejaron la isla después de la revolución. El conjunto de géneros no solo innovaron la música de otros países sino el baile y la instrumentación orquestal en su conjunto incluyendo los timbales a lo que Damián Báez dedica su investigación; su interpretación va desde el análisis simbólico e instrumental hasta el examen del contexto social y cultural en que se produce su atractivo musical.

 

Miguel Olmos Aguilera

San Antonio del Mar, Tijuana, 29 de junio de 2011

Notas

1] Agradezco el cuidado de la presente edición a Antonio Jair López Sánchez, Anabel Noguerón Gallaga y Ana Claudia Coutigno Ramírez.

2] Y algunos cordófonos en lo que hoy se ha llamado el altiplano central