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Vuelo estático

Jaan Kross

Traducción del estonio y prólogo a cargo de

Consuelo Rubio Alcover

Prólogo

Una polifonía báltica

por Consuelo Rubio Alcover

Las casi quinientas páginas que siguen a este prólogo contienen, como comienza diciendo el propio Jaan Kross, «la historia de Ullo Paerand». La voz narrativa, Jaak Sirkel, trasunto del propio Kross, presenta a Ullo como alguien a quien conoció en el colegio Wikman de Tallin, un chico cuatro años mayor que él, cuya personalidad le impresionaba ya entonces por distintas razones. El primer dato que debería tener en cuenta el lector español desconocedor de la cultura estonia y de la obra de Kross es que en Vuelo estático, novela de madurez, publicada en el año 1998, el autor remite al lector a Wikmani poisid (Los chicos de Wikman), roman à clef del año 1988 con la que enlaza desde el tercer párrafo. El éxito de la obra Los chicos de Wikman, centrada en las peripecias de un grupo de alumnos de la Academia Wikman (prestigioso centro masculino de enseñanza de Tallin) desde 1937 hasta 1944, se vio amplificado gracias a la serie del mismo nombre producida por ETV, la televisión nacional de Estonia, en el año 1994.

Jaan Kross, considerado el gran maestro de las letras estonias del siglo xx, pertinaz candidato al Premio Nobel de Literatura hasta su muerte en el año 2007, nació en Tallin en 1920, pasó los primeros años de su vida en el barrio portuario de Kalamaja (igual que Jaak Sirkel, su alter ego en la novela) y asistió al colegio Jakob Westholm de su ciudad natal (modelo en el que está inspirado la Academia Wikman) antes de estudiar Derecho en la Universidad de Tartu entre los años 1938 y 1945. Kross tenía veinte años, aproximadamente la misma edad que los chavales de Wikman al final de la novela de 1988, cuando las tres Repúblicas Bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) fueron invadidas por el Ejército Rojo. La joven República Independiente de Estonia, nacida tras la caída del Imperio ruso, la revolución bolchevique de 1917 y la Primera Guerra Mundial, se había mantenido a flote pese a las fuertes turbulencias de principios de siglo, pero su Gobierno fue entonces depuesto y todos sus miembros fueron ejecutados o deportados a Siberia. Entre 1941 y 1944 Estonia estuvo ocupada por los alemanes, en principio recibidos con los brazos abiertos por la población aunque pronto se revelasen como invasores tan poco deseables como los rusos. En 1944, el joven Jaan fue arrestado durante unos cuantos días por las autoridades nazis, acusado de «actividades nacionalistas» (es decir, de conspirar en favor de la República Independiente de Estonia). Ya en 1939 se había firmado el llamado Pacto de Ribbentrop-Mólotov, por el cual la URSS y la Alemania nazi se dividieron el este de Europa en zonas de influencia. Fue un momento de desencanto y oprobio para los países bálticos, pues la ciudadanía se sintió utilizada como moneda de cambio por las potencias de Europa Occidental y vendida a la Rusia de Stalin. A principios de 1946, cuando, en virtud de ese pacto, Estonia se había convertido ya en una república soviética, Kross fue detenido de nuevo y permaneció encarcelado en Tallin, en dependencias del NKVD, 1 hasta que fue condenado a «5+5» (cinco años de trabajos forzados y cinco de exilio en Siberia) y deportado a un gulag en Inta, cerca de Vorkuta, donde cumplió su condena en las minas. Luego fue deportado a la región de Krasnoyarsk, donde trabajó en una fábrica de ladrillos y realizó después tareas más llevaderas, como el secado de botas de fieltro, acontecimientos que relata a través de la voz de Jaak Sirkel en Vuelo estático, en lo que constituye una línea narrativa paralela a la del protagonista, Ullo Paerand.

Antes de cumplir su condena íntegramente, Kross pudo regresar a Estonia en 1954, gracias a las amnistías de la era Jrushchov. Fue entonces cuando profesionalizó su actividad literaria, mantenida durante el exilio (en esa etapa, escribió poesía y tradujo a autores como Blok o Símonov), en parte debido a que los estudios de Derecho cursados en Tartu carecían de validez en la Estonia soviética. A grandes rasgos, su prosa suele dividirse en dos categorías: la novela histórica, género que Kross cultivó con reconocida maestría, y los textos de carácter autobiográfico. En el primer grupo hallamos obras como El loco del zar (1978), su novela más celebrada y traducida, Romance de Rakvere (1982), La partida del profesor Martens (1984) o la tetralogía Entre tres plagas, publicada entre 1970 y 1976. Las tramas históricas de Kross suelen centrarse en el destino de personajes extraordinarios, disidentes que se mueven por los márgenes de la sociedad, oponiéndose al orden establecido. Entre sus obras de cariz memorialístico se encuentran, además de Vuelo estático, Los chicos de Wikman y su secuela, El anillo de Mesmer (1995), la colección de relatos La conspiración y otras historias (1988), la novela Tahtamaa (2001) y la autobiografía en dos volúmenes Queridos compañeros de viaje (2003 y 2008).

Además de rasgos étnicos y culturales propios, el pueblo estonio tiene su minoritario idioma (hablado por poco más de un millón de personas) como rasgo identitario fundamental: este constituye la piedra angular del sentimiento nacional, mantenido hasta hoy contra viento y marea, en vista de la proximidad de vecinos tan poderosos y potencialmente agresivos como Rusia. Por ello, no puedo dejar de hacer una anotación acerca de la lengua en la que se escribió originalmente esta novela. El estonio, en contra de lo que podría pensarse, no pertenece a la familia eslava como el ruso, el polaco o el búlgaro, ni tampoco a la baltoeslava como el letón o el lituano. Se trata de una lengua no indoeuropea de la familia ugro-finesa, a la que solamente pertenecen el estonio, el húngaro y el finés entre las lenguas europeas. Sus mecanismos morfosintácticos aglutinantes difieren ostensiblemente de los de las lenguas indoeuropeas.

Reconocido como el gran bardo de las letras estonias del siglo xx, Kross ha sido comparado por críticos como Claudio Magris o Doris Lessing con Thomas Mann. Esta obra podría darles la razón, pues el autor utiliza la voz de su condiscípulo y amigo para pintar el fresco de las aventuras y desventuras de toda una generación. A lo largo de sesenta años, Ullo y sus coetáneos asisten impotentes a un drama nacional —y personal— que tiene lugar con la complicidad tácita de las potencias vecinas. Al igual que en las grandes novelas de Mann, podemos considerar la Historia misma como uno de los personajes principales de la trama. Antes de que nacieran Ullo y sus contemporáneos, durante su azarosa historia, el país había sido siempre un territorio colonizado por potencias europeas (Suecia, Dinamarca, Alemania, Rusia) hasta que, tras la Guerra de Liberación Nacional de 1918, se proclamara por primera vez la República Independiente de Estonia. En las décadas inmediatamente anteriores, pese a ser una provincia de la Rusia zarista, la clase dominante seguía siendo la nobleza baltoalemana: terratenientes de origen prusiano que habitaban mõisad (casas solariegas en el campo) y que «poseían» aún siervos estonios, prácticamente en un régimen de esclavitud. En 1941 Hitler ocupó Estonia e hizo un llamamiento a los descendientes de esta aristocracia baltoalemana para que retornasen a la patria. Aproximadamente 14 000 de ellos aprovecharon ese momento para escapar cuando vieron cernirse sobre el país la amenaza soviética: es el movimiento de Umsiedlung al que se refiere Kross en varios pasajes del texto que sigue.

Mención aparte merece la geografía urbana de la capital de Estonia, Tallin, en la que se enmarca casi todo el devenir vital de Ullo. El mismo Kross emplea una sugestiva metáfora en el capítulo 18, según la cual Tallin sería una «ciudad-árbol»: su «tronco de piedra» estaría formado por Vanalinn, el casco antiguo, que comprende la colina de Toompea y la parte alta, con el imponente edificio rosa del Parlamento o Riigikogu, la catedral luterana Toomkirik y las cúpulas en forma de cebolla de la catedral ortodoxa de Alexander Nevski que coronan el conjunto. Al pie de la colina, en la parte baja, la calle Harju (donde se alza la poderosa torre de Niguliste Kirik, la iglesia de San Nicolás) comunica la plaza del Ayuntamiento (Raekojaplats) con la otra gran plaza de la ciudad, la plaza de la Libertad (Vabaduseväljak). A escasas decenas de metros de estos lugares, en dirección norte, se hallan las adoquinadas calles Pikk, tantas veces mencionada en esta historia, y Pagari, donde estaba enclavado el cuartel de la KGB. También al pie de Toompea, pero al otro lado de la ciudad antigua, en el barrio de Tõnismägi, nos tropezaremos con la Biblioteca Nacional, detrás de la cual discurre la calle Erbe (hoy llamada Lõkke), donde vive Maret con su padre cuando conoce a Ullo. En dirección sur, a poca distancia de las dos plazas centrales, se extiende la avenida Liivalaia, que conduce por el oeste hasta el moderno centro comercial y de negocios, donde se encuentran aún hoy las calles Kentmanni (allí sigue la embajada
de Estados Unidos, y allí coloca Kross el apartamento del Jaak Sirkel recién casado), Süda (donde Kross sitúa la escuela Knüpfer a la que asiste Ullo de niño) y Raua (domicilio familiar de los Berends en la época dorada de la infancia del protagonista). Si caminamos hacia el noroeste desde el ayuntamiento, atravesaremos la estación de ferrocarril Baltijaam y accederemos al barrio portuario de Kalamaja, donde se encuentra la prisión de Patarei (allí está recluido Ullo durante los bombardeos de Tallin en septiembre de 1944). No lejos de Kalamaja, en la avenida de Paldiski, que se aleja del centro por el suroeste, continúa estando Seewald, la institución en la que Ullo acaba sus días. La avenida de Narva es una gran arteria comercial que lleva desde las puertas de Viru (pintorescos restos de la antigua muralla que rodeaba Vanalinn) hasta el paseo marítimo Pirita Tee. Nõmme, donde viven Ullo y su madre durante la temporada en la que se dedican al negocio de los huertos, y Rannamõisa, donde tienen su casa de veraneo los padres de Jaak Sirkel, siguen siendo hoy en día zonas residenciales de clase media y media-alta en la periferia de la capital. Además de Tallin, que constituye su escenario principal, la novela de Ullo Paerand cuenta con otros escenarios secundarios, sobre todo la ciudad universitaria de Tartu, pero también otras poblaciones: Pärnu, centro de veraneo en cuya playa pasa varias vacaciones Ullo con su tío Joomas, Haapsalu, ciudad-balneario en la costa oeste, Viljandi en el corazón rural del país, Rakvere en el noreste y Narva en el extremo más oriental, una ciudad-fortaleza en la frontera con Rusia que quedó arrasada durante la Segunda Guerra Mundial.

Buena parte de la segunda mitad de Vuelo estático se desarrolla con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. Los vapsid,
mencionados en diferentes ocasiones en el contexto de esta contienda, eran militares veteranos de la Guerra de Liberación Nacional de 1918. Este movimiento de tendencias fascistas, junto al golpe de Estado dado por los comunistas en 1924 y el catastrófico crack de Wall Street, dieron lugar al llamado «Período de Silencio»: un gobierno autocrático liderado por Konstantin Päts cuyo férreo control empezó a relajarse en 1938 con la creación del Riigivolikogu (Cámara de Representantes, que existió desde ese año hasta 1940 y que solo se restauró al concluir la era soviética en 1992). Durante la Guerra de Liberación, el Ejército estonio (apoyado por la Marina inglesa, al mando del almirante sir Edwin Sinclair) se impuso frente a los ejércitos ruso y alemán, y en 1920 se firmó la Paz de Tartu, por la cual Rusia reconocía la soberanía nacional de la República de Estonia, Estado independiente que se mantendría hasta la anexión a la URSS en agosto de 1940. En un episodio clave de la vida de Ullo Berends, veremos a nuestro protagonista ejerciendo inopinadamente de hombre de confianza del primer ministro Otto Tief; son hechos que han de ubicarse en el contexto de un brevísimo período de apenas unos días, en octubre de 1944, durante el que se volvió a proclamar la República Independiente de Estonia aprovechando el vacío de poder que dejaban al retirarse los invasores nazis y antes de que cruzasen las fronteras del país las tropas de la URSS para establecer la nueva legalidad soviética. El Gobierno presidido por Tief fue efímero, como veremos en la novela, y sus miembros se exiliaron por mar a Suecia pocos días después de tomar posesión de sus cargos. Precisamente en esos días se estaba librando en los alrededores de Tallin la sangrienta batalla de las Montañas Azules. La situación de la población estonia era entonces verdaderamente esquizofrénica, con soldados luchando en ambos bandos, soviético y alemán, debido a las levas obligatorias que se habían realizado en los meses y años anteriores. Por su parte, la guardia o milicia urbana del Omakaitse, en la que trabaja Ullo como infiltrado de la Tercera Vía, había surgido durante la Guerra de Liberación, renacido durante la ocupación alemana de 1941-1944, y asumido de facto las tareas de policía secreta para los ocupantes nazis. Los Metsavennad o «hermanos del bosque» eran guerrilleros que se echaron al monte cuando el yugo soviético se apoderó de Estonia, y resistieron hasta la década de los cincuenta del siglo pasado, tal y como queda reflejado en la popular novela de la finlandesa de ascendencia estonia Sofi Oksanen, Purga, de 2008.

Ahora, si nos lo permite el fragor de la tumultuosa historia de los países bálticos resonando al fondo, nos resta disfrutar de este relato sobre las andanzas e industrias de nuestro dudoso héroe Ullo Berends. Sumérjanse en una novela que es, al mismo tiempo, crónica viva de la historia reciente de la patria de Jaan Kross.

Consuelo Rubio Alcover

1. Comisariado de Asuntos Internos del Partido Comunista, que, asociado con los servicios de espionaje soviéticos, ejecutó las políticas de la era Stalin caracterizadas por una censura férrea y deportaciones masivas.

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