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La nación expuesta

Cultura visual y procesos de formación
de la nación en América Latina

La nación expuesta. Cultura visual y procesos de formación de la nación en América Latina / Editor académico Sven Schuster. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, Escuela de Ciencias Humanas, 2014.

xiv, 244 páginas: ilustraciones. – (Colección Textos de Ciencias Humanas).

ISBN: 978-958-738-523-6 (rústica)

ISBN: 978-958-738-524-3 (digital)

América Latina – Historia - Siglo XVIII-XX / Pintura – Historia – América Latina / Pintura – Crítica e interpretación / Museos – aspectos sociales / I. Título / II. Serie.

980.033                     SCDD 20

Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. Biblioteca

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Septiembre 17 de 2014

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995

 

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Colección Textos de Ciencias Humanas

 

© 2014 Editorial Universidad del Rosario

© 2014 Universidad del Rosario, Escuela de Ciencias Humanas

© 2014 Sven Schuster, Hans-Joachim König, Jens Andermann, Sven Schuster, Sylvia Dümmer Scheel, Margarida de Souza Neves, Georg Wink, Beatriz González Stephan, Ori Preuss, Henio Hoyo, Ernesto Capello, Christian Wehr

Editorial Universidad del Rosario

Carrera 7 No. 12B-41, of. 501 • Tel: 2970200 Ext. 7724

http://editorial.urosario.edu.co

LIBRO RESULTADO DE INVESTIGACIÓN

Primera edición: Bogotá, D.C., octubre de 2014

ISBN: 978-958-738-523-6 (rústica)

ISBN: 978-958-738-524-3 (digital)

Coordinación editorial: Editorial Universidad del Rosario

Corrección de estilo: Ella Suárez

Diseño de cubierta y diagramación:
Precolombi EU-David Reyes

Impreso y hecho en Colombia

Printed and made in Colombia

Impresión: Xpress Estudio Gráfico y Digital S.A.

Fecha de evaluación: 11 de marzo de 2014

Fecha de aceptación: 16 de junio de 2014

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Editorial Universidad del Rosario

CONTENIDO

A manera de prólogo

Sven Schuster

La función de las imágenes en el proceso de construcción de las naciones latinoamericanas

Hans-Joachim König

Orden visual y economía política: museo y colección como aparatos de Estado

Jens Andermann

El 9 de abril en la memoria visual de Colombia: del Bogotazo al Día Nacional de la Memoria y de la Solidaridad con las Víctimas

Sven Schuster

“La serena simplicidad de nuestro espíritu”: imagen de progreso e identidad nacional a partir de la participación de Chile en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929

Sylvia Dümmer Scheel

Los escaparates del progreso: Brasil en las exposiciones internacionales del siglo XIX

Margarida de Souza Neves

Monumentos como alegorías de la nación entre el Imperio y la Primera República de Brasil

Georg Wink

Las tarjetas de visita: racialidad y disciplinamiento de ciudadanías blanqueadas en la pardocracia venezolana postindependentista

Beatriz González Stephan

“Um gigante cheio de bonomia”: la imagen de Brasil en el discurso visual de las relaciones internacionales sudamericanas, 1902-1912

Ori Preuss

¿Juntos y bien revueltos? La representación etnocultural de México en estampillas postales de 1930-1940

Henio Hoyo

Mapas, geodesia y estudio geográfico en la constitución del imaginario nacional en Ecuador, siglos XVIII a XX

Ernesto Capello

Realidad, mito y alegoría de la nación en Y tu mamá también (2001)

Christian Wehr

Los autores

 

A manera de prólogo

 

Desde los años ochenta, un sinnúmero de estudios ha demostrado que la construcción de una comunidad política imaginada, según la definición de Benedict Anderson, no puede ser analizada sin tomar en consideración aspectos como la génesis del espacio público moderno, el fomento estatal de estructuras administrativas, la infraestructura física, el surgimiento de una literatura nacional y la circulación de medios impresos. Sin embargo, todavía son pocos los trabajos que se refieren explícitamente al papel de las imágenes en este proceso. Con la intención de contribuir a una mejor comprensión de la función de las imágenes para el nation-building, el presente volumen reúne once ensayos originales de disciplinas como la historia, la literatura, los estudios culturales y las ciencias políticas.

¿Qué función cumplen las imágenes de lo propio y de lo ajeno en el proceso de la formación del Estado-nación? ¿Qué papel desempeñan estas imágenes dentro de exposiciones, museos y en el marco de celebraciones públicas, o sea, en su función de “imágenes públicas”? ¿Por qué, cómo y por quién son integradas en discursos nacionalistas? ¿Cuáles son las conexiones transversales que existen entre el poder político, los museos, las exposiciones, los medios de comunicación y las ciencias, y cómo pueden ser analizadas?

Estas son algunas de las preguntas básicas que en su conjunto forman el marco temático de este tomo, las cuales se inspiran en una corriente de estudios sobre lo visual y el poder de las imágenes, que ha experimentado un auge inmenso en el curso del así llamado giro pictórico (W. J. T. Mitchell) o giro icónico (Gottfried Boehm). Por lo general, se trata de analizar las convenciones y códigos que subyacen a imágenes materiales o mentales (images), así como sus usos, su recepción y su apropiación. Al igual que los representantes de esta corriente, los colaboradores de este volumen resaltan el hecho de que ciertas imágenes y visualizaciones pueden extenderse al espacio público, donde ejercen un poder político dentro de contextos históricos y sociales definidos. Tales “imágenes del poder” no solo reflejan el “espíritu de una época”, sino también lo definen de manera productiva.

Para hacer visible el funcionamiento y la recepción de las imágenes públicas, los textos aquí reunidos combinan métodos de lectura iconográfica ya “clásicos” con el análisis del discurso y otros acercamientos que transcienden los límites disciplinarios. El objetivo es dejar atrás una exploración convencional del contexto histórico y social para poner el relieve en delimitar y remarcar discursivamente las imágenes, pues el enfoque de cualquier interpretación ha de estar en el análisis de la situación comunicativa entre la imagen y el perceptor. De esta manera, se manifiestan las complejas relaciones de poder y las reglas discursivas transmitidas por las imágenes.

En todo caso, el significado de las imágenes públicas se genera siempre por prácticas discursivas, las cuales son más que una simple representación del discurso, pues a la vez definen este último. Por eso la interpretación iconográfica tiene que tomar en cuenta el funcionamiento de las instituciones sociales y políticas, así como las convenciones culturales específicas de cada época. Por lo tanto, también hay que considerar la intermedialidad de las imágenes, las cuales están relacionadas en su mayoría de forma productiva con textos u otras imágenes.

Una primera indagación sobre la función de las imágenes en el proceso de la formación de las naciones latinoamericanas nos ofrece Hans-Joachim König en su ensayo introductorio. Al analizar la creación de símbolos nacionales por los próceres de la Nueva Granada, König parte de teorías de la imagología y de la psicología social, diferenciando entre imágenes tanto mentales como materiales. Otro aspecto destacado de su ensayo está en el empleo de estas imágenes en la retórica política, haciendo hincapié en la metáfora de la familia (o sea, la relación “familiar” entre España y sus colonias), el indio como símbolo de la esclavitud o libertad, según fuera el caso, el árbol de la libertad, y en la figura del ciudadano.

A continuación, Jens Andermann explora cómo justamente ese legado colonial mencionado por König, es decir, el sentimiento de pertenencia entre la “Madre Patria” y sus hijos rebeldes, fue contestado por los fundadores de los nuevos museos nacionales en la época postindependentista. Según él, la misión de los museos latinoamericanos del siglo XIX era la de crear un relato de origen para el Estado-nación emergente al separarlo de la “prehistoria”, entendida como un pasado mítico, y al mismo tiempo evocando una ruptura entre el Estado independiente y su genealogía colonial. Además, estos museos, los cuales en sus comienzos privilegiaron la historia natural, tenían la función de definir el territorio nacional por medio de la colección y la visualización. Servían entonces para proyectar simbólicamente el poder de un Estado, cuyos límites geográficos aún no estaban establecidos. Hacia finales del siglo XIX, como se ejemplifica en los casos de Argentina y Brasil, los museos nacionales se transformaban gradualmente en museos explícitamente históricos. Los relatos nacionales que se transmitieron en esa fase ya no se basaban tanto en la distancia entre lo “otro” y el ciudadano capitalino, sino más bien en la aproximación e identificación del espectador con los objetos expuestos. De esta manera, los museos de historia natural, los cuales también eran importantes instituciones de investigación científica, cumplían cada vez más la función de “aparatos ideológicos del Estado”, con el fin de educar a la ciudadanía en los valores patrios.

Asimismo, preguntado por el papel de los museos en la creación de imaginarios nacionales, Sven Schuster aborda la conexión entre memoria y cultura visual en Colombia. Aunque la guerra civil de los años cincuenta y sesenta, la así llamada Violencia, haya representado una ruptura en la historia política del siglo XX, no ha dejado muchas marcas en la memoria histórica de ese país. Como Schuster muestra a partir de pinturas y exposiciones, la época fue frecuentemente reducida a los hechos del 9 de abril de 1948 —día del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán y la consiguiente destrucción de Bogotá— y así resalta la dimensión urbana de un conflicto que afectó, ante todo, a la población rural. A pesar del deseo de la élite política de encubrir los hechos sangrientos de la Violencia, aprovechándose de la dilución de los sucesos más abominables en la figura de Gaitán, también hay en la actualidad intentos por visualizar la época de una manera más profunda y crítica, como se comprueba en el nuevo Centro de la Memoria de Bogotá. Al mismo tiempo, sin embargo, el reduccionismo ahistórico sigue vigente, simbolizado por el reciente renombramiento del 9 de abril en Día Nacional de la Memoria y de la Solidaridad con las Víctimas.

Las exposiciones y su importancia en el proceso de forjar una autoimagen nacional supuestamente “autóctona” inspiran los siguientes ensayos de Sylvia Dümmer Scheel y Margarida de Souza Neves. Ambas autoras analizan la participación de países latinoamericanos en las grandes exposiciones universales. En el caso del Brasil decimonónico, Neves pregunta hasta qué punto las élites brasileñas consiguieron transmitir la imagen de una “nación moderna” por medio de la participación en las grandes ferias mundiales de Europa y Estados Unidos. Enfocándose en la dimensión performativa y visual de las exposiciones, sostiene que una lectura profunda de los objetos e imágenes expuestos en los “escaparates del progreso” deja entrever las contradicciones de un país, cuya realidad se caracterizaba por realidades sociales poco “progresivas”, como la esclavitud y el predominio del modelo económico agroexportador.

En el caso de Chile, analizado por Dümmer, podemos constatar algo muy parecido. Para el país austral, la participación en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929, también ofrecía la posibilidad de poner en escena la imagen de un país civilizado y progresivo, aunque menos “europeizado” como solía ser el caso en las exposiciones del siglo XIX. Después de la primera guerra mundial y la gradual pérdida de atracción del modelo cultural europeo, países como Chile intentaron destacarse más por su carácter “autóctono” y “americano”. En este sentido, la construcción de la autoimagen chilena en Sevilla se caracterizó por la revalorización de la “raza”, haciendo hincapié en exposiciones etnográficas. No obstante, la exaltación de las extraordinarias características de la supuesta “raza chilena”, oriunda de un “país frío”, o sea, dotado de un clima semejante al europeo, fue superficial. Lo “autóctono” fue instrumentalizado para servir de base a un relato de origen, en el cual la propia élite criolla apareció como el producto final de un largo proceso teleológico. En esta narración, escenificada en las salas de la exposición, las representaciones de los indígenas servían en primer lugar para mostrar el inicio de ese proceso civilizatorio, ocultar la situación socioeconómica real de grandes partes de la población y separar la cultura indígena viva de una supuesta “antigüedad chilena” gloriosa.

Volviendo a Brasil, Georg Wink repasa los intentos de la élite política de la Primera República por crear un nuevo imaginario nacional después de la caída de la monarquía en 1889. Por medio de una variedad de monumentos e “imágenes públicas”, muestra que la deseada reinterpretación de la iconografía imperial no siempre estaba libre de tensiones. Por el contrario, la incoherencia de algunos discursos nacionalistas y su función abiertamente legitimadora del nuevo régimen provocaron frecuentemente controversias. En algunos casos, incluso, los espectadores no mostraron ningún respeto hacia los símbolos del nuevo poder y dotaron los monumentos expuestos de un sentido completamente diferente.

El siguiente trabajo, de Beatriz González Stephan, es igualmente pionero, ya que no solo emprende un análisis formal de diferentes cartes de visite