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© Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)

Primera publicación: julio de 2012

Impreso en el Perú - Printed in Peru

Corrección de estilo:

Diseño de cubierta:

Diagramación:

     

Gabriela Vargas Ph.

Germán Ruiz Ch.

Diana Patrón Miñán.

Editor del proyecto editorial

Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas S.A.C.

Av. Alonso de Molina 1611, Lima 33, Perú.

Teléf. 313-3333

www.upc.edu.pe

Primera edición: julio de 2012

Tiraje: 800 ejemplares

Versión ebook 2015

Digitalizado y Distribuido por YoPublico S.A.C.

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www.yopublico.net

Telf: 51-1-221 9998

Dirección: Av. 2 de Mayo 534 Of. 304, Miraflores

Lima-Perú

Este libro se terminó de imprimir en el mes de julio de 2012, en los talleres gráficos de Gráfica Biblos S. A. ubicados en Jr. Morococha 152 Surquillo - Lima 34 - Perú.

Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)
Centro de Información

Carpio Valdez, Santiago. Arte y gestión de la producción audiovisual.

Lima: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), 2012.
ISBN: 978-12-4041-93-8
ISBN: XXXXXXXX (formato e-book)

PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL, COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL, ENTREVISTAS

791.457 CARP

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.° 2012-08300
Registro de Proyecto Editorial en la Biblioteca Nacional del Perú N.° 31501401200378

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial.

El contenido de este libro es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente la opinión de los editores.

A mis colaboradores:

Estoy sinceramente agradecido con mis directos colaboradores, ya que sin su aporte y participación no podría haber concluido este texto.

Alexander Chiu

Alfonso Maldonado

Ana María López

Anggela Delgado

Carol Ruíz

Daniel Padilla

Diana Félix

Edilberto Carrión

Efrén Vidal

Fernando Barreto

Fernando Morales

Fernando Samillán

Gabriela Yepes

Graciela Risco de Domínguez

Humberto Polar

Josep María Blanco

Juan Ochoa

Julio Higashi

Luis Carrizales

Luis del Prado

Luis Loayza

Luis Mahuad

Luis Narro

Magda Simons

Marianella Hernández

Miguel Miyahira

Miriam Larco

Ricard Figueres

Ricardo Cisneros

Roberto Winsberg

Rosa Rodríguez

Contenido

Prólogo

Introducción

Primera parte. La comunicación transversal y los agentes del cambio

Capítulo 1. Una visión de la comunicación

1.1. Comunicación y tecnología

1.2. El vaso medio lleno o medio vacío

1.3. Trasformación de la comunicación y la relación entre las personas

1.4. Nuevos y viejos medios: Nuevas mediaciones

Capítulo 2. La comunicación y la generación de un neoproductor

2.1. La utopía

2.2. Las caras del creador audiovisual

2.3. Sobre la producción

2.4. La imagen del neoproductor audiovisual

Capítulo 3. La lógica de la producción

3.1. El público

3.1.1. ¿Cómo definir al público?

3.1.2. ¿Cómo están definidos los públicos de acuerdo a cada medio?

3.1.3. Medición del público en la televisión: ¿Qué es un punto de rating?

3.1.4. Medición del público en el cine

3.2. El tema

3.3. El medio

3.4. El contexto y la oportunidad

3.5. El mercado

3.6. En búsqueda de una fórmula: La lógica de la producción

3.7. Una definición de producción audiovisual

Lectura 1. Televisión digital: Una nueva perspectiva en la comunicación audiovisual

Capítulo 4. El productor

4.1. El rol del productor

4.2. Cualidades y capacidades de un productor

Segunda Parte. El proceso de producción audiovisual

Capítulo 5. El preproyecto

5.1. De la idea al preproyecto

5.1.1. ¿Cómo surgen estas ideas?

5.2. La investigación para la producción

5.2.1. ¿Se hace investigación en producción?

5.3. El guion: Aprendiendo a contar historias

5.3.1. El guion en una propuesta periodística

5.3.2. Otros programas

5.3.3. Momentos del relato

5.4. El presupuesto

5.4.1. ¿Cuál debe ser la inversión ideal para alcanzar un producto de calidad?

5.4.2. Rubros de un presupuesto

5.5. El financiamiento: ¿Cómo hacer para que la propuesta sea viable?

5.5.1. Cuando el proyecto es abordado, ¿se considera su viabilidad artística, social o política?

5.6. El pitching o la venta de una idea

5.7. Plan de producción

Lectura 2. El potencial del Perú como receptor de producciones cinematográficas internacionales

Capítulo 6. El proyecto

6.1. La etapa de preproducción

6.1.1. ¿Cómo comenzar la preproducción?

6.1.2. ¿Cómo lograr una relectura efectiva o creativa?

6.1.3. Desglose de producción

6.1.4. El reajuste del presupuesto

6.1.5. Las áreas de producción

6.1.6. Aspectos legales

6.1.7. Los contratos

6.1.8. Procedimientos, trámites y permisos

6.1.9. El plan de rodaje

6.2. La etapa de producción

6.3. La etapa de postproducción

6.4. La comercialización y el mercado audiovisual

6.4.1. La radio: Una nueva forma de ver la realidad

6.4.2. La música en internet

6.4.3. La prensa: Un gigante recargado

6.4.4. La televisión: La venta de espacios publicitarios

6.4.5. Internet y los nuevos media

6.4.6. Los videojuegos: El entretenimiento a discreción

6.4.7. Cine: Adentro y afuera

6.4.8. ¿Cómo funciona el mercado internacional?

6.4.9. Los intermediarios en el mercado audiovisual

6.4.10. Los mercados paralelos

6.5. Evaluación del proceso de producción

Lectura 3. El sonido en la producción audiovisual

Tercera parte. La producción en los medios interactivos

Capítulo 7. La producción en los nuevos media

7.1. Criterios para la producción en los nuevos media

7.2. La producción en diversos formatos

Entrevistas

Entrevista a Luis Loayza

Entrevista a Humberto Polar

Entrevista a Alfonso Maldonado

Entrevista a Fernando Barreto

Entrevista a Fernando Samillán

Entrevista a Julio Higashi

Entrevista a Luis Mahuad

Formatos

1. Formato de guion

2. Formato: Guion literario documental

3. Formato: Guion literario spot publicitario

4. Formato: Guion de cuña publicitaria radial

5. Formato: presupuesto simple

6. Production budget top sheet

7. Formato: Desglose de guion

8. Formato: Desglose de programa radial

9. Formato: Desglose de programa de televisión

10. Formatos de producción

11. Formato de locaciones: documental/institucional tv

Contratos

1. Contratos de trabajo

2. Contratos de producción

Festivales y fondos

1. Festivales internacionales

2. Festivales temáticos

3. Fondos y ayudas para producciones audiovisuales

Bibliografía

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Santiago Carpio Valdez cuenta con más de 30 años de experiencia en la docencia y en la producción audiovisual.

El autor es doctorando en Comunicación Audiovisual y Publicidad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Posee un máster en Producción de Magazines para Televisión de la Radio Libre de Berlín, Alemania. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Lima.

Ha sido presidente del Consejo Consultivo de Radio y Televisión del Perú (CONCORTV), director académico del Master Internacional de Diseño y Gestión de la Producción Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona, profesor en la Universidad de Lima, el Instituto Toulouse Lautrec, el IPP, entre otras casas de estudio, así como consultor de diversas instituciones públicas y privadas. También ha sido director de la Carrera de Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos de la UPC.

Trabajó como productor independiente en programas como Promoviendo, Trato hecho, Paradero 45, Doctor en casa, entre otros.

En la actualidad es gerente general de la Consultora Creative Factory Perú.

Prólogo

Conocí a Santiago Carpio a inicios del 2007. En esa época fui invitado por la Universidad Autónoma de Barcelona para incorporarme al profesorado del Máster Internacional en Diseño y Gestión de la Producción Audiovisual, del que Santiago, bajo el Decanato de Josep María Blanco, era responsable. Se suponía que mi experiencia como productor de ficción ayudaría a los alumnos a conocer de primera mano los problemas a los que deberían enfrentarse al acceder a la profesión. A los pocos días, Santiago y yo advertimos que, aunque desde ópticas distintas, nuestros análisis eran complementarios. La necesaria teorización de contenidos y la aplicación de las herramientas precisas para llevarlos a término confluían desde ambas perspectivas: la de Santiago, más intelectual y sosegada, y la mía, forjada en el día a día de la producción a pie de calle. Coincidimos en la obligación de acercarlas a estudiantes y profesionales a través de la codificación y ordenamiento de conceptos y materias tan dispares entre sí como analítica de contenidos, diseño de producción, elaboración de presupuestos y manejo de marcos financieros, entre otros. Tarea nada fácil, habida cuenta de la variedad y complejidad de los materiales con los que trabaja el sector y, en especial, los productores. El resultado sería un compendio en forma de libro que sirviera de referencia y ayuda a los que estuviesen interesados en estas disciplinas.

Santiago me llevaba ventaja, él ya había publicado un manual de producción audiovisual que reúne los elementos básicos para poder manejarse con ciertas garantías en el inicio de la andadura dentro del sector. Llamaba la atención el capítulo dedicado al productor, pues a lo largo de mi carrera he advertido que dicho concepto se presta a múltiples y a veces erróneas interpretaciones. Productor, productor ejecutivo, productor delegado, productor asociado, director de producción, jefe de producción, etcétera. Pero en la sección en cuestión se reflejaba con claridad meridiana lo que yo creía que debía ser un productor: la persona capaz de imaginar, diseñar, elaborar, financiar y comercializar un producto audiovisual. Lo cual no es poco.

Han pasado cinco años y Santiago sigue llevándome ventaja. Ahora publica un libro que amplía considerablemente los contenidos anteriores y, además, recoge y analiza todos los nuevos conceptos y tecnologías que a lo largo de estos años se incorporaron al sector audiovisual. Nuevos formatos, originales maneras de visionado, innovadores canales de distribución, distintos procedimientos para abordar la creación de dramaturgias; todo ello está poniendo patas arriba los conceptos tradicionales con que hasta hace muy poco se basaba nuestra actividad.

Era necesaria una renovación en las formas de entender los métodos de producción, pues se evidencia que el modelo de negocio existente no funciona como lo hacía antes y, a pesar de los intentos de crear uno nuevo, los resultados obtenidos no son los requeridos. Se imponen nuevos análisis y aproximaciones que ayuden a entender el complejo y global futuro que nos espera y actuar en consecuencia si queremos salir airosos del empeño.

Y ahora, un apunte personal. En mi experiencia como productor y docente, cada año he tenido la oportunidad de compartir y evaluar muchos proyectos de alumnos latinoamericanos. Y siempre me sorprenden dos cosas: la primera, la enorme creatividad que son capaces de generar, y la segunda, la casi endémica incapacidad de gestión para llevarla a término. Ideas que deberían tener su oportunidad en el mercado terminan existiendo únicamente sobre el papel o, en el mejor de los casos, acaban eternizándose hasta que se convierten en obsoletas y sin ninguna rentabilidad apreciable.

Es necesario retomar la vieja propuesta y acercar a esos creadores las herramientas que les permitan obtener los conocimientos suficientes para que puedan llevar a cabo y con garantías la realización de su empeño. Y el esfuerzo de Santiago por hacérselas llegar a través de este libro no es solo meritorio, sino también imprescindible. Enhorabuena.

Ricard Figueres1

Barcelona, junio de 2012.

Introducción

LA PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL:

SENTIMIENTOS, EMOCIONES Y SENSACIONES EN LA ERA DE LOS MEDIOS TRANSVERSALES

Lejos de pretender hacer un manual técnico sobre el quehacer audiovisual, he querido elaborar una suerte de reflexión sobre distintos aspectos que confluyen en el desarrollo de los productos audiovisuales, tanto para los medios convencionales — llámense el cine, la radio y la televisión—como para los nuevos media. Pero, al mismo tiempo, he tratado de sentar las bases para el desarrollo de cualquier producción que se pretenda realizar.

Todo proceso tiene una lógica, y la producción audiovisual no es ajena a ello. Las variables y los indicadores son necesarios de evaluar en cada etapa para estimar nuestros avances.

Las posibilidades que hoy nos ofrece la tecnología convergente nos facilita mucho el trabajo durante todo el proceso de producción, teniendo a la mano una variada cantidad de aplicativos para determinar cada detalle.

Pero no siempre contamos con una información que englobe todos los procesos y sea a la vez muy práctica.

La facilidad con la que hoy en día se pierde actualidad me hizo pensar en un texto que fuera utilizado con la frecuencia de cada producción y que envejezca por su uso y no por el tiempo que pueda estar depositado en una biblioteca.

Si bien me atrevo a filosofar más que a pontificar, hay una larga lista de páginas que el lector podrá repasar una y otra vez para saber sobre el qué, el cómo o el cuándo recrear situaciones, contar historias, elaborar contratos o recurrir a algún agente financiero y, por supuesto, desarrollar todo el proceso de producción.

El texto recoge experiencias compartidas, entrevistas, lecturas e investigaciones para encontrar la razón o sinrazón de las cosas realizadas o por crear en el mundo audiovisual.

Durante estos últimos 30 años he compartido el ejercicio profesional con la docencia, aprendiendo tanto de mis alumnos como de mis compañeros de trabajo. Gracias a ellos, a su dedicación y a mi capacidad de observación, es que puedo ofrecer este documento.

De los compañeros de producción he mirado con sana envidia su continuidad en la realización y, a la vez, el «ojo» que tuvieron para detectar un nicho del mercado, celebrando sus éxitos, pero, al mismo tiempo, con prudencia y tino, observando con cierto recelo algunos de sus recursos para alcanzar sus propósitos.

Si bien la producción se vuelve una rutina, he llegado a comprender que el público es cada vez más peculiar y más difícil de retener, ha dejado de ser un personaje pasivo.

El convencional «radioescucha», el «prosumidor» de hoy, es el nuevo «consumidor–productor» que sube y baja música o videos por internet, chatea o se maneja dentro de alguna red social como Facebook o Twitter. Es nuestro principal crítico y competidor. A él solo lo guía el interés, la práctica y el deseo de expresarse, y está liberado de cualquier error u omisión. Para mí, esto último es vital porque nos ganamos la vida manejando contenidos y tecnología, y se espera de nosotros un trabajo profesional.

Se requiere, por tanto, de una persona competente en la elaboración de contenidos audiovisuales e información, en estructuras dramáticas y manejo de emociones, sensaciones y sentimientos, con un compromiso de desarrollo personal coherente con las necesidades de un medio económico social efervescente y con las capacidades gerenciales suficientes para regentar un negocio que ha dejado de ser coto de unos pocos. Habrá de aplicar, entonces, arte, ciencia, gestión y responsabilidad social.

Se nos ha abierto la puerta de un espacio glocal (global y local) en la medida que cualquier producto audiovisual puede ahora ser visto y consumido en cualquier lugar del planeta. El reto será siempre tratar de hacer historia con nuestras historias, contar cuentos y relatos cargados de emoción que informen, entretengan o eduquen con responsabilidad y ética, utilizando la tecnología al alcance con inteligencia y astucia para llegar al ahora esquivo público.

Vaya para usted, amigo lector, esta propuesta que espero le sirva.

Mi agradecimiento a todas las personas que gentilmente colaboraron con la realización de este texto, profesores, amigos, compañeros, alumnos y exalumnos.

A mi familia, que soportó las trasnochadas para escribirlo, y al comité editorial por su paciencia.

Una especial mención merece mi querido maestro y amigo Juan Ochoa, a quien le tendré siempre mi mayor gratitud. Del mismo modo, vaya también mi agradecimiento a Josep María Blanco y Fernando Morales, grandes profesionales y compañeros de aventuras en Barcelona, con quienes aprendí muchas de las cosas que me atrevo a escribir.

Por último, doy las gracias a Úrsula Freundt Thurne por la confianza depositada para dirigir las nuevas carreras de la Facultad de Comunicaciones, en particular Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos.

Espero que este esfuerzo sea de utilidad para los nuevos productores y creativos audiovisuales.

Santiago Carpio Valdez

PRIMERA PARTE

La comunicación transversal y los agentes del cambio

 

En la era de la comunicación y de la sociedad del conocimiento, resulta indispensable no solamente estar interconectado, recibir y enviar información, sino, y principalmente, tener la capacidad de procesarla, lo que hace que ahora el poder esté en manos de los buscadores o distribuidores de información. Este texto se ocupará, primeramente, de algunos de los fenómenos que las nuevas tecnologías interactivas y transversales vienen provocando.

Capítulo 1. Una visión de la comunicación

Sin lugar a dudas, la comunicación tiene cada día una importancia medular en el desarrollo de, prácticamente, todas las actividades del ser humano. La comunicación simple o compleja, llena de códigos, de sistemas y de redes sociales reconocidas y legitimadas por los usuarios, ha permitido que los seres humanos tengamos hoy mayor cantidad de posibilidades de interrelación directa o mediada.

Las nuevas tecnologías, como herramientas de comunicación, han creado nuevos espacios para el desarrollo de negocios y de procesos de interactividad antes imposibles de imaginar más que en un sueño o en un ideal, eliminando o reduciendo barreras sociales o económicas, minimizando costos, alterando el factor tiempo y la variable distancia.

«La generación de riqueza, la creación de empleo calificado, la mejora de la productividad, la estabilidad económica y el desarrollo de nuevos servicios, se deben, cada vez más, a la contribución de las nuevas tecnologías y los servicios de telecomunicaciones en las diversas esferas de la sociedad y la economía. Son una fuente, por ahora inagotable, de ventajas económicas al aumentar exponencialmente la velocidad, precisión y tratamiento de la información, la capacidad de almacenamiento, la organización de la producción y distribución en forma de red y la transmisión de la información en todo momento y a cualquier lugar del mundo» (Roquez 2001: 4).

En esa misma perspectiva, otro experto señala.

«…los sistemas de telecomunicaciones avanzados podrían hacer posible su emplazamiento disperso por todo el globo […] los servicios avanzados han aumentado de forma considerable su porcentaje de empleo y PNB en la mayoría de los países, y presentan el crecimiento más elevado en empleo y las mayores tasas de inversión en las principales áreas metropolitanas del mundo. Son omnipresentes y se ubican en toda la geografía del planeta, excepto en los ‘agujeros negros’ de la marginalidad» (Castells 2009: 4).

En el Perú tenemos tanto los polos de desarrollo como los agujeros negros de marginalidad, tal como menciona este último autor.

En el periodo de bonanza económica, las ciudades fuera de Lima han podido encontrar fuentes de desarrollo en el agro, la minería o el comercio, pero, a la par, aún subsisten focos de pobreza extrema alrededor de las urbes y en las zonas rurales que no logran despegar. La falta de una visión común de país aún detiene. El 30 % de pobreza extrema lo demuestra.

La compleja geografía del país alberga poblaciones con cosmovisiones muy distintas y las leyes no siempre contemplan esas realidades. Los problemas sociales, que periódicamente resurgen, son muestra de ello. Las diferencias no están únicamente vinculadas al acceso tecnológico, sino, fundamentalmente, a la visión de la realidad del poblador. Por eso, cabe una pregunta: ¿la tecnología garantiza una comunicación efectiva o un desarrollo sostenible?

1.1. COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍA

En medio de esas realidades, a veces tan disímiles, pero que en conjunto conforman lo que llamamos el Perú, ha quedado siempre un lugar para esa suerte de «fusión criolla» que le da a lo peruano esa rara mixtura que lo particulariza.

En las últimas campañas electorales peruanas, al margen de llenar las ciudades con carteles de todos los tamaños y formas, los candidatos han aprovechado las redes sociales y han acaparado la atención de la prensa y de estudiosos para observar cómo se ha tratado de dar cierta movilidad a personajes de la política colocándolos en la agenda pública y en el interés de la comunidad virtual. Algunos con creatividad y otros con criterios estéticos bastante cuestionables, han usado estos espacios y otros recursos de la Red para estar presentes en la mente de un electorado difuso, pero coincidente tecnológicamente.

Si bien no ha habido interactividad propiamente dicha, ya que los candidatos han emitido informaciones o comentarios desde un solo lado, entre los usuarios sí se ha logrado desatar comentarios y opiniones desde varios frentes. Ello ha puesto en evidencia la importancia de estar presente en ese nuevo espacio público y utilizar la política de la farándula: «no importa que se hable bien o mal de uno, pero que se hable».

Al remontar unos años atrás, esa «fusión criolla» en el mundo de las nuevas tecnologías tiene un claro exponente copiado, desde hace varios años, en otras latitudes: «las cabinas de internet».

Este curioso fenómeno, que desde la llegada de internet al Perú llevó adelante la Red Científica Peruana (RCP), ha permitido democratizar el uso tecnológico e informativo tanto en distritos populares como en los más acomodados, dando muestra de adaptación al contexto nacional. La Red Científica Peruana apostó por un modelo de acceso a internet alternativo al convencional, que privilegia las conexiones domiciliarias.

Al dimensionar la baja penetración de líneas telefónicas y computadoras en los hogares de la región, desarrolló el modelo de acceso comunitario al que se denominó: Cabinas Públicas de Internet. Este concepto se popularizó rápidamente en el país y se expandió en la región y en el mundo. Por ello, la RCP ha merecido el reconocimiento internacional al diseñar soluciones creativas y equitativas para países en vías de desarrollo. Ello puso en práctica un concepto de Castells.

«La ciudad global no es un lugar, sino un proceso. Un proceso mediante el cual los centros de producción y consumo de servicios avanzados y sus sociedades locales auxiliares se conectan en una red global en virtud de los flujos de información…» (Castells 2009: 419).

La evolución de los medios de comunicación, en los últimos años, ha sido tal vez la más vertiginosa de toda su historia. Los periodos de obsolescencia entre una tecnología y otra, amparados en una carrera por la supremacía del mercado, han hecho que se desplomen modelos tecnológicos prácticos, funcionales y hasta económicos, por otros de mejor imagen, posicionamiento y marketing. Asimismo, la transformación tecnológica es de tal magnitud que no terminan por reconocerse las características y bondades de un producto y ya se está pasando a otro procedimiento.

Anteriormente, si bien la exposición de los avances era periódica, se daba tiempo para que el producto tuviera su desarrollo normal en el mercado. Ahora, la competencia no tiene contemplaciones y avasalla constantemente con mejoras en sus productos. Grandes ventajas para los compradores, pero incertidumbre a la vez porque los estándares no están aún consensuados. Esto pasa tanto en el ámbito profesional como en el consumo de tecnología a escala pública.

1.2. EL VASO MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO

La figura metafórica del vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de la perspectiva que se use para analizar un tema, ayuda a entender cómo los diferentes agentes de la comunicación, particularmente los que manejan la producción de contenidos, abordan estas transformaciones.

Mientras los generadores de tecnología luchan en una batalla campal por la supremacía de su propuesta y buscan la popularización y estandarización de sus sistemas y productos, los generadores de contenido no han hecho sino proteger y salvaguardar su modelo convencional e industrial de producción audiovisual para reproducir los productos en los recientes canales digitales y en los nuevos media.

De hecho han incorporado algunos beneficios multimediáticos, pero básicamente han seguido produciendo usando los mismos moldes. Las incursiones para generar productos audiovisuales para celulares o móviles, o internet, están todavía en carácter experimental, ya que los modelos de negocio aún no están lo suficientemente desarrollados.

Por ejemplo, es primario todavía el nivel alcanzado con el negocio de las descargas de sonidos polifónicos, y ni qué decir de las series producidas exclusivamente para dispositivos móviles. Por ahora, se puede ver aplicaciones como la de HBO MAX, que pone a disposición de los usuarios una serie de contenidos de entretenimiento e información actualizados acerca de la programación en los países donde se ve HBO. Material exclusivamente diseñado para la plataforma móvil.

Si bien la publicidad (sostén principal del desarrollo de contenidos audiovisuales) se ha incrementado en internet, está todavía lejos de alcanzar las grandes inversiones de la televisión convencional que a pesar de la crisis internacional se ha mantenido, considerando que la audiencia acude a la TV como una forma económica de entretenimiento.

Ahora bien, eso es mirar el vaso medio vacío. Sin embargo, el vaso podría verse medio lleno si se observa que:

En el backstage, los generadores de contenidos están preparando algunos productos que vislumbran las ventajas de los nuevos soportes tecnológicos. Se lanzan a través de internet, causan buena impresión, pero su perfil es todavía secundario para llegar a influenciar en el cambio de los paradigmas del mercado.

Aunque lo más seguro es que este sea el futuro y que los medios digitales dominen el mercado, como lo pronostican especialmente los editores de periódicos y diarios; los medios, como tales, sobrevivirán a los cambios tecnológicos y seguirán adaptándose a las demandas y necesidades de sus consumidores.

1.3. TRASFORMACIÓN DE LA COMUNICACIÓN Y LA RELACIÓN ENTRE LAS PERSONAS

Los relativamente pocos años que tiene la comunicación como ciencia, disciplina y ejercicio profesional en sus múltiples facetas, le ha permitido encumbrarse como una herramienta indispensable para alcanzar una diversidad de públicos de manera masiva o especialmente dirigida, sin importar su propósito.

Se transita de hablar de los medios masivos, refiriéndose a su cobertura, naturaleza unidireccional y capacidad de influencia, para entender hoy la masividad como la cantidad de usuarios individuales que tienen un medio a su alcance para poder acceder a información.

Las empresas han descubierto que la comunicación es una herramienta eficaz para una buena conducción y administración de sus organizaciones. Y es que esa comunicación pasa, necesariamente, por contar historias creíbles y congruentes con una imagen.

«Desde siempre, los clientes han hablado entre ellos y se han recomendado cosas, pero con la llegada de la web 2.0 estas conversaciones se han multiplicado por miles. No obstante, las conversaciones que tienen lugar en la web social sobre diferentes productos y servicios no afectan de la misma manera a todas las empresas. Para determinar el papel que podrían desempeñar las nuevas tecnologías sociales en su estrategia empresarial, le recomendamos analizar factores como la naturaleza de su producto/servicio y el perfil de su público objetivo» (Celaya 2008: 83).

Ahora, a cualquier empresa que se atreva a incursionar en internet no le basta tener una web, tiene que incursionar en las redes sociales para reconocer cómo y qué sienten sus diferentes públicos, buscándolos en los lugares virtuales donde se reúnen. Incluso, debe reconocer que sus posibles clientes tienen mucho que aportar en el desarrollo de sus productos porque son sus mejores críticos y a la vez sus grandes colaboradores, ya que van a expresar sus necesidades y demandas con mayor libertad.

Para ello, hoy se haya en ciernes un nuevo profesional de la comunicación virtual denominado community manager, cuya definición está en pleno proceso, pero que es, en la práctica, el encargado de manejar las relaciones virtuales de la empresa con su comunidad.

Asimismo, la administración gubernamental se ha percatado que no puede gobernar aplicando una estrategia vertical en sus decisiones, sino que debe apelar al consenso so pena de caer en vacíos de legalidad o, peor aún, de legitimidad.

Como ya se ha referido, los partidos políticos y, particularmente, sus candidatos, han hecho uso de las redes sociales para tratar de llegar de una forma diferente a sus electores.

Durante la campaña de Obama, el empleo de estas logró motivar la participación de muchos que se aislaban sistemáticamente de ser activos en la política de su país.

En otras latitudes, las comunicaciones alternativas han ayudado a que los movimientos sociales logren expresarse y se canalicen verdaderas fuerzas de oposición a regímenes totalitarios, como ha sucedido en los países árabes. Lo cual demuestra, una vez más, la fuerza de la comunicación como arma estratégica.

En esferas más personales, el chat, el SMS, o cualquiera de las redes sociales, como el Facebook o el Hi5, han reemplazado las minuciosas cartas escritas en papel cebolla con el cuidado y el prolijo de prevenir que alcance a verse lo escrito, sin que enturbie la lectura de la cara posterior.

No se ha dejado de amar, querer u odiar, pero se aprendieron nuevas formas de manifestarlo y en muchos casos se han mediado a través de algún artilugio electrónico digital.

Tampoco se es ajeno a imágenes que recogen una porción de la realidad «reconstruida en trozos» y que, ahora, con las ventajas tecnológicas, pueden reproducirse al antojo del usuario logrando que se percate de esos detalles que en una primera impresión hubieran pasado desapercibidos.

La magia de la edición y el montaje permiten cambiar de espacios, tiempos, personajes e historias que se vuelven presentes y actuales cada vez que se cuentan.

Sin embargo, aún las personas siguen siendo receptoras y dependientes de historias contadas por otros. No hay que ser un gran estudioso para percatarse de que el sonido envolvente de las películas proporciona, en gran medida, la emoción que suscita miedo, risa, llanto o pena, conmoviendo y haciendo que se mueva esa sensibilidad oculta y esa máscara de indiferencia, aunque sea por un instante.

Al final, es reconocer que están contando una historia y que, de acuerdo a cómo la cuenten, los receptores estarán atentos o perderán el interés.

El encanto con que la narrativa envuelve en el mundo de las letras, se transforma en un relato entrecortado por una edición de imágenes y sonidos que emulan la imaginación de las elipsis literarias que transportan a otros tiempos y espacios.

Si por naturaleza se ha creído siempre en historias y en personajes que llevan a un mundo imaginario, lleno de emociones, ahora las personas son sensibles a historias contadas con imágenes y con sonidos cargados de conflictos reales o ficticios narrados de manera tal que van generando, periódicamente, una simple pregunta: ¿qué pasa, luego?

Tal vez el ser humano es curioso por naturaleza y le satisfaga el hecho de conocer qué le pasa a los demás. Voyerismo, sadismo o mera curiosidad. Lo más interesante de todo es que ahora se cuentan historias para todos los gustos y para ser vistas en público, compartiendo un espacio o lugar, o en la intimidad de un cuarto, a través de una pantalla, incluso para ser comentados a viva voz o a través de un «yo virtual», mediante el Facebook, Hi5, o cualquier otra red social.

¿Se ha trasformado la comunicación y la relación entre las personas? Por supuesto que sí. Son diferentes porque la economía, el desarrollo social, las tecnologías, las formas de trabajo, han cambiado y, por tanto, los tiempos y las maneras de relacionarse se transformaron. Los nativos digitales versus los migrantes digitales adoptan, con naturalidad unos y por necesidad otros, su relación con la tecnología.

El acceso tecnológico ha variado la forma de relacionarse con el mundo y con las personas, demandando, cada vez, una mayor cantidad de imágenes.

1.4. NUEVOS Y VIEJOS MEDIOS: NUEVAS MEDIACIONES

La radio, la televisión o el cine, medios masivos por naturaleza, si bien llegaron a multitudes, siempre se les reclamó la impotencia de una retroalimentación o un feedback efectivo, y se cuestionó su poder como aparatos ideológicos del estado o como promotores de una agenda social única.

Internet, por su parte, si bien no fue concebido para un acceso abierto, al transformarse en web abrió las puertas de una innovación extraordinaria en la evolución social del hombre, tan trascendente como la rueda, la imprenta o el motor a vapor.

La Red informática mundial permite a mujeres, hombres, niñas y niños de todo el mundo, ser consumidores y creadores de información. La única limitación será, evidentemente, su acceso tecnológico. Internet se ha constituido como una enorme biblioteca global, una colección digital de conocimiento humano que se multiplica geométricamente.

Sin embargo, resulta indispensable pensar que la información por sí sola no produce cambios. Hay que procesarla, entenderla, revalorarla, se debe generar una alfabetización digital, audiovisual y mediática que ayude a comprender las nuevas formas de comunicación y relación, para entender los procesos de interacción y transversalidad, y más que para enseñar, para visualizar lo que se puede llegar a construir.

Nadie discute la importancia de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) como herramientas de competitividad para una persona, para una empresa, o para un país. Por ello, hay que ubicar a las nuevas tecnologías y a los medios convencionales en su real dimensión, como elementos básicos de desarrollo socioeconómico, a la par de la energía, el agua, o el gas. La comunicación es desarrollo y sustento de los mismos.

Sin embargo, a pesar de todo lo dicho, la realidad social del país es compleja y los medios que actúan en ella tienen sus particularidades. Por ello, es necesario mencionar algunas precisiones, o lo que se puede denominar asertos o afirmaciones que permitan analizar el estado de los medios en el Perú y su aporte al desarrollo:

1. La radio continúa siendo un medio de cobertura informativa fundamental para el país, conservando esa sensación de compañía que la vincula a su público.

Las investigaciones del Consejo Consultivo de Radio y Televisión (CONCORTV) y, por supuesto, las de Calandria, Arellano, la Coordinadora Nacional de Radios (CNR) e incluso IBOPE, así como la simple observación de los usos de la radio, tanto en la capital como al interior del país, demuestran que este medio masivo continúa teniendo una vigencia importante en su relación con sus interlocutores en el aspecto político–social, manteniéndose como referente de opinión; y también en esa sensación afectiva que se desprende en cada emisión, con cada música, con cada locutor, y en la que la radio se convierte, junto con las comidas y bebidas locales, las costumbres y tradiciones, en el referente de identidad local. En promedio, se escucha un lapso mayor a dos horas diarias de emisiones radiales, y es considerado el medio plural por excelencia y uno de los más neutros y cercanos a la gente.

Por la Ley 28278, Ley de Radio y Televisión, se debe producir, localmente, como mínimo, 30 % de la programación, es decir, un promedio de seis horas diarias por emisora de radio, o 8 322 horas de producción radial por día, en el Perú. Teniendo ese tiempo, bien se podría explorar y explotar nuevos formatos y reutilizar la dramatización en los programas, tal como lo viene haciendo la publicidad radial. La geografía del Perú es un punto a favor para el uso del espectro radioeléctrico.

2. La telefonía celular va tratando de cubrir la demanda tecnológica de muchos sectores sociales para los que antes les era privativa.

«El crecimiento exponencial de la telefonía móvil ha logrado multiplicar los enlaces entre las personas y, efectivamente, acercando sus comunicaciones. Más de 26 millones de líneas celulares en el país, lo confirman» (OSIPTEL 2010).

Solamente en el primer trimestre del año 2010 se vendieron 13 419 celulares y se enviaron más de un millón de mensajes de texto SMS. Entre los departamentos del Perú que tienen mayor número de estos teléfonos portátiles figuran: Arequipa, Ica, Moquegua, Tacna, Lima y el Callao.

La mayoría de personas que viven en la ciudad tienen este dispositivo, que en muchos casos se vuelve imposible dejar de lado, ya sea por negocios o por la simple necesidad de comunicación. El celular se ha convertido en un dispositivo digital obligatorio.

Estos nuevos usuarios están perfectamente alineados con el desarrollo económico y social, y muchos de ellos utilizan, ávidamente, cada nuevo invento y cada introducción tecnológica para sentirse encumbrados en la modernidad. Ya nadie se acuerda de los muchos años que había que esperar para tener un teléfono fijo en el barrio o en la casa. Ya no se usa telegramas. Ya nadie escribe cartas. Todo es virtual, digital y efímero.

3. El estado tiene la responsabilidad de hacer llegar la comunicación a los sectores de menor interés comercial, a las zonas difíciles de acceder por la compleja geografía y a los lugares de frontera para fortalecer la identidad en el país.

A la preocupación por las carreteras para unir el Perú, ahora se suma la urgente necesidad de establecer medios de interconexión comunicacional que permitan un intercambio de información fluida y horizontal, la misma que reemplace la típica visión centralista y capitalina que ha acompañado. Y es en el Estado desde donde se debe promover y aplicar propuestas integradoras que abarquen los diferentes medios de comunicación—convencionales o no—que involucren a los diversos sectores de la población. Ello debe llevar a ejecutar proyectos de inversión privada, con los incentivos suficientes para hacerlos atractivos. La inversión social en los sectores más apartados debe ser privilegiada por los sucesivos gobiernos, al margen de diferencias ideológicas. Será la única manera de acortar las distancias y diferencias en el desarrollo social.

4. La comunicación es parte integral del desarrollo del país. Atraviesa todas las esferas del conocimiento y su manejo responsable debe ser garantía de democracia y participación. El crecimiento de un país no puede sostenerse sin políticas de comunicación claras, transparentes, reconocidas, legitimadas y aplicadas.

Los conflictos sociales, las constantes tomas de carreteras en diferentes partes del país, la ineficiencia en la reacción frente a las emergencias provocadas por accidentes, sismos, maremotos, derrumbes o huaicos, ponen en evidencia la escasa importancia que tiene para el Estado la comunicación con su población. Se sigue entendiendo a los medios de comunicación como vehículos unidireccionales y de poder para controlar la agenda, pero no se comprende que las personas han logrado desprenderse de ese manejo «maniqueo» y han creado sus redes. ¿Puede el Estado seguir apostando por una visión de desarrollo a espaldas de los intereses de los diversos grupos sociales? En ese sentido, ¿puede seguir el gobierno de turno arriesgando por una radio y televisión estatal al servicio de su gobierno o, como todos los académicos, radiodifusores, opositores políticos y público en general reclaman, más bien debe dar, por fin, una ley para definir verdaderas emisoras radiales y televisivas públicas, independientes y descentralizadas? Los borradores y proyectos de ley están a disposición para su discusión.

5. La televisión pública no tiene por qué competir con la privada. Sus campos podrían diferenciarse si existieran políticas de comunicación estatales que contemplaran los conceptos de cultura, educación, desarrollo y descentralización, bajo el paraguas de «proyecto país».

Cuánto se podría ganar si existiera una radio y televisión pública regionales que fueran el soporte del desarrollo integral de una parte del país, canalizando información, intereses, proyectos y facilitando una comunicación más efectiva con sus actores sociales. Cuántos conflictos se evitarían si hubiera canales de comunicación accesibles, fluidos, dinámicos y propios.

Con los recursos con los que cuentan las regiones a través de los cánones o partidas que asigna el Estado, bien se podrían desarrollar proyectos regionales de radio y televisión digital que articulen el desarrollo audiovisual de la zona, generen trabajo a los comunicadores que entienden su problemática, y viabilicen una verdadera descentralización. Ello, por supuesto, con una administración independiente y «tercerizada» que permita su viabilidad económica.

6. Es imprescindible encaminar los esfuerzos para que las políticas de Estado, referidas a la comunicación, aborden lo audiovisual como medios convergentes y transversales para dejar de hablar aisladamente de cine, radio, televisión o, incluso, internet.

La realidad ya se hace a través de los soportes tecnológicos. Un teléfono celular es, en verdad, un aparato multimediático. En ese sentido, los países de Iberoamérica han creado una plataforma a través de sus organismos reguladores y consultivos de medios audiovisuales para compartir experiencias sobre los modelos a seguir con la implementación, por ejemplo, de la Televisión Digital Terrestre (TDT), y vienen desarrollando diversos encuentros nacionales e internacionales para establecer reglas comunes. Pero solo algunos países reconocen, formalmente, la transversalidad de los medios, mientras que, la mayoría, sigue hablando de cine, radio y televisión de manera independiente de los nuevos medios. Incluso, las normas vigentes suelen dividir competencias respecto a los diversos medios, los derechos de autor, regulación de contenidos, auto o corregulación, regulación de licencias, publicidad, señales de cable o señal abierta, haciendo que la problemática se diversifique y los actores se multipliquen, sin tener una política común.

7. El cine nacional y las salas de exhibición han resurgido como expresiones populares, de un lado, y como centros de encuentro social, por otro.

Luego que el terrorismo vaciara las salas y muchas de ellas se reconvirtieran en templos religiosos, las multisalas cinematográficas, al interior de los malls o grandes centros comerciales, han restituido el valor de las películas exhibidas en pantalla grande.

La comercialización de películas, en versión pirata, no ha disminuido. La valoración de ver una película en el cine, ha motivado que este sea retomado como lugar de encuentro. A ello, ayuda el desarrollo tecnológico de la calidad del audio y de la imagen en las salas de proyección.

Por otro lado, también los realizadores peruanos han hecho su aporte para que las películas nacionales sean apreciadas de una mejor manera, en la medida que sus historias han sido reconocidas en diversos escenarios del mundo cinematográfico, haciendo que los espectadores nacionales presten mayor atención a la producción hecha en el país. Esfuerzo importante ha venido realizando CONACINE (hoy Dirección de Industrias Culturales) y los dos gremios que agrupan a los cineastas nacionales para promover una ley acorde con los tiempos y con las necesidades del desarrollo de una pequeña industria, e incluso desde PromPerú, para impulsar al país como locación cinematográfica.

8. Los canales de televisión y radioemisoras en el Perú se han multiplicado, aumentando en número y en oferta programática. No se puede decir lo mismo de su calidad en contenidos ni en producción, debido a que los estándares se relativizan constantemente al no existir órganos normativos que hagan cumplir las disposiciones vigentes.

Existen 355 empresas de TV en el Perú y 1 083 estaciones repetidoras.

De ellas, solo el 23 % tiene código de ética propio, el 13 % ha adoptado el del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y el 64 % no cuenta con alguno. La autorregulación ha sido el soporte de los medios formales y organizados para cubrir sus responsabilidades sobre los contenidos. Sin embargo, la realidad demuestra que no siempre se respetan sus normas.

La regulación es un tema delicado, aunque está perfectamente vigente en muchos países en donde existen instituciones que velan por su cumplimiento, como sucede en Chile, Estados Unidos o Francia.

El Consejo Consultivo de Radio y Televisión, que opera en el Perú, tiene funciones muy limitadas al respecto, concentrándose en velar por el cumplimiento del horario familiar—aunque no pueda actuar de oficio—y promover encuentros regionales para mejorar la calidad de los medios incentivando el cumplimiento del código de ética que rige a cada uno de ellos.

9. Los ciudadanos del mundo virtual van más allá de edades o segmentos sociales o regionales. La segmentación de los públicos pasa ahora por reconocer cualidades particulares definidas por intereses comunes.

Es muy sencillo comprobar que son cada vez los más jóvenes quienes se adhieren al uso tecnológico con mayor facilidad. Su psicomotricidad les permite usar los nuevos dispositivos como una extensión de su cuerpo, y no es extraño observar cómo adquieren esas habilidades desde muy pequeños frente a la torpeza de los mayores, muchos de los que a duras penas llegan a manejar con rapidez el teclado o el mouse.

Lo anterior no se contradice con aquellas personas que han incorporado perfectamente la tecnología a su cotidianeidad y no cesan de estar en «contacto con el mundo» mediante algún dispositivo, como el popular BlackBerry, el Smartphone o cualquier otro dispositivo touch screen. Incluso, estos usuarios llegan a desvirtuar todo el resto de formas de comunicación y requieren, para testificar, una decisión que el mensaje haya sido enviado desde o hacia su correo. Ahora es común decir «mejor mándame un correo». Hemos creado una nueva forma de dependencia mediática. La inteligencia de estos aparatos, para sus defensores, nos empodera y da una enorme capacidad de información, rapidez y movilidad, mientras que para sus detractores nos hace más dependientes, débiles e inseguros, frente a nuestra privacidad y a la toma de decisiones.

La digitalización de la información y la llamada convergencia tecnológica están logrando cambiar los modelos de comunicación, transformando las relaciones entre las personas y la cadena de valor y, por supuesto, van abriendo puertas a nuevos modelos de negocio.

Se ha dado credibilidad a muchas cosas virtuales que van más allá de lo intangible—tema que será abordado más adelante—y que aparecen en internet. Desde el conocido Wikipedia, pasando por el Twitter, hasta los testimonios y tareas de El Rincón del Vago; llegando al extremo de afirmar que si no estás en internet, no existes.